La nutricionista Fabiana Corobo señala que cuando comemos, lo que hacemos es alimentar a dos sistemas en específico.
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“Uno es el sistema nervioso, que es nuestra mente dónde se encuentran hormonas como la oxitocina, dopamina, entre otras, que están vinculadas con emociones tal como el placer momentáneo”.
Luego está el otro sistema que tiene que ver con nuestros músculos, células, intestinos y demás.
Si hablamos de la elección de alimentos, esta responde a estímulos condicionados por nuestra mente, ya que estamos expuestos a la publicidad o al bombardeo de las redes sociales o el internet.
“La publicidad que vemos sobre alimentos condiciona nuestro pensamiento y, por ende, nuestra elección a la hora de comer”, indica Fabiana.
Estos factores podrían hacernos susceptibles a tener una elección de alimentos no adecuada. “Siempre recordemos que nosotros tenemos una gran responsabilidad que es la de cuidar nuestro organismo”.
Una de las primeras recomendaciones que suele hacer Fabiana a quienes trabajan con ella, es que no podemos dejarnos llevar por lo que vemos a la hora de elegir los alimentos.
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De ahí vienen las neuroasociaciones con respecto a la comida. Por ejemplo, la persona se dice a si misma: “Hoy es viernes y puedo comer papas fritas”.
O si es sábado solemos decirnos: “Tengo que comer en la calle”, pero, ¿por qué se dan estas neuroasociaciones? Porque vienen de la mano de nuestros sistemas de pensamiento.
¿Qué es lo primero que debes hacer en este año nuevo para alimentarte mejor?
La experta nos recomienda que primeramente hay que ser responsables a la hora de elegir los alimentos. Si somos personas adultas, tenemos que alimentarnos más sano: comer más vegetales, más frutas y menos proteínas, porque mi organismo ya procesa todo más lentamente que antes.
Debemos consumir frutas enteras y frescas, pero también acercar esos alimentos a nuestros sentidos. “En casa, pongamos las frutas como centro de mesa, donde todas las personas que habitan en el hogar, puedan verlas, de manera que si provoca comer algo, sean frutas.
Una tercera recomendación va a ser respetar tu tiempo para dedicarlo a consumir los alimentos. Generalmente tomamos el tiempo de transición entre una actividad y otra en el día de labores para comer, pero debemos alimentarnos con tranquilidad, sin estar estresados en ese momento.
El almuerzo generalmente se consume en plena transición hacia las actividades de la tarde y la cena se disfruta en horas de descanso donde puedo sentarme a ver televisión.
Nosotros mismo tenemos que tomar la responsabilidad de darnos el tiempo para consumir los alimentos tranquilamente, sentados e incluso tener un pequeño espacio para hacer la digestión, es decir que el cuerpo asimile los alimentos que le hemos brindado.
“Evitemos consumir alimentos de pie, por ejemplo; porque primero, estamos incómodos y luego, no percibimos cuál es la cantidad de alimentos que ingerimos”, señala Fabiana.
Debemos buscar al menos un espacio de 5 a 15 minutos para consumir los alimentos. Si es un poco más, mucho mejor. Todos tenemos espacios libres en el día y debemos aprovecharlos para comer bien, sin apuros y asimilando los alimentos.