El estrés, trabajo, problemas, cotidianidad y otras cosas son parte del día a día de las personas por lo que, todos merecemos y necesitamos unas lindas vacaciones, donde no tengamos preocupación alguna más que la de disfrutar. Muchas veces los viajes también generan malestar ya que debemos elegir hospedaje, restaurantes, atracciones y más que a veces nos fallan.
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Sin embargo, Decameron Mompiche fue una salida viable pues al ser todo incluido, me despreocupé de aspectos innecesarios y me enfoqué en disfrutar con la familia, amigos y con mi pareja. En realidad, todo es más fácil porque Decameron se preocupa por ti.
Ya en las instalaciones, aproximadamente a las 16h00, llamó mi atención las actividades guiadas que se desarrollaban en la piscina. Un grupo de personas recibía indicaciones de juegos recreativos dentro del agua, y otros, aprendían bachata con uno de los animadores. Sin embargo, había otro grupo que buscaban tranquilidad y relajamiento por lo que esperaban acostados a los alrededores.
Más tarde, a las 18h00 aproximadamente, conocimos uno de los lugares mágicos de Decameron Mompiche. Fuimos al spa, un lugar apartado de las habitaciones donde algunos bailarines y animadores encendieron la fiesta que contó con una hermosa vista del atardecer. Allí, el personal de Decameron nos puso a bailar, con juegos dinámicos y mucho ambiente para encender la noche.
Después de estas actividades había que tomarse tiempo para cenar, en esta oportunidad tocó noche mexicana y allí aprovechamos para degustar las delicias que preparó Decameron para todos sus visitantes. También había una deliciosa paella española. Sin embargo, también hay la oportunidad de disfrutar de mariscos y platos especiales en uno de sus restaurantes donde hay que ir con reserva para así evitar aglomeraciones.
Una vez que degustamos de la cena, llegó el momento de caminar por las instalaciones que ofrecían vistas hermosas, ideal para parejas o familias. Aprovechamos para ir a la ‘hora loca’ para saltar, bailar y disfrutar con el grupo de bailarines quienes daban un preámbulo para uno de mis eventos favoritos.
Se trata del ‘show de baile internacional” que se desarrolla en el teatro donde se vio danza tropical, folklórica y hasta música nacional. Además, hubo un show de comedia y teatro donde involucraban a los visitantes. Sin duda uno de los momentos favoritos en el viaje.
Ya para ir cerrando la noche, fuimos de karaoke, jugamos billar, pin pon, ‘sapito’ y al final cerramos todo bailando y disfrutando de la discoteca. Con la energía ya en cero, fue momento de regresar a la habitación para descansar gracias al confort de sus instalaciones.
Al día siguiente madrugamos para desayunar y prepararnos para ir al mar. Alrededor de las 10h30, fuimos a una playa privada en bote, muy cerca del hotel. Allí hicimos kayac, nos metimos al mar y hasta bailamos con los animadores que hacían actividades para todos. Además, cuando el sol pegaba fuerte, rápidamente nos hidratábamos en uno de sus puntos al que vas las veces que necesites.
Cabe recordar que, si llegase a pasar algo, Decameron Mompiche tiene sus salva vidas y seguridad para garantizar una estadía segura y confiable. Ya al pasar el medio día, regresamos para el restaurante donde aprovechamos de su riquísima gastronomía. Además, si en medio de la tarde te da hambre, puedes servirte muchos snacks como hamburguesas, salchichas, papas fritas, etc.
Una vez acabado el almuerzo, llegó el momento de volver. Pero volvimos relajados y felices por todas las actividades que se hicieron en tan solo 24 horas. Sin duda que la estadía en Decameron Mompiche, fue placentera y conveniente para despejar la mente de la cotidianidad. Eso sí, el transporte también puede contratarlo para así ir disfrutando del viaje al cual, de seguro volveremos.
Sin duda un destino donde la experiencia del viaje estará llenada de confianza y momentos especiales. Un lugar donde se disfrutará de hermosos y románticos amaneceres y atardeceres, donde habrá la oportunidad de sentir emociones nuevas en un destino nacional, dentro de nuestro lindo Ecuador.