El helado es un postre que puede brindar placer y alegría a quien lo disfruta. Así lo avala un estudio del Instituto de Psiquiatría de Londres, que a través de resonancias magnéticas funcionales evidenciaron que el consumo de helados activa ciertas zonas del cerebro asociadas a la felicidad, las mismas que se activan, por ejemplo, al ganar dinero o escuchar nuestra música favorita.
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Sin embargo, existen momentos o situaciones que completan la experiencia y hacen que el helado sea nuestro favorito.
1. Cuando quieres expresar tu creatividad
El helado viene en una amplia variedad de sabores, desde los clásicos como el chocolate y la vainilla hasta combinaciones más creativas como el dulce de leche, la fresa con crema o el pistacho. Su sabor dulce y refrescante puede acompañarnos en cualquier momento del día.
2. Te refresca en días de mucho calor
El helado es refrescante y se disfruta más aún en los días de calor. Al derretirse en la boca te brinda una experiencia sensorial muy agradable y de alivio a temperaturas extremas.
3. Lo puedes disfrutar de diversas maneras
El helado es muy versátil, tanto en sus sabores como en las presentaciones que puedes lograr. Puedes servirlo en conos, tazas o postres más elaborados. Además, puedes añadirle diversos acompañamientos para personalizarlo, como frutas, dulces, chocolate, entre otros.
4. Siempre presente en momentos felices
¡Helado para todos! Como no acompañar una fiesta con familia o amigos, con un delicioso postre para compartir un grato momento. De seguro, estas experiencias positivas pueden contribuir a la percepción de que el helado es maravilloso.
¿Cuál es tu helado preferido?
Aunque ya señalamos que el helado es versátil y de sabores infinitos, los más solicitados o comunes son el de vainilla, chocolate, fresa y dulce de leche.
¿Cuál es el tuyo?