El sueño de todos los padres es que sus pequeños bebés siempre estén saluadables. Y aunque ese sueño es imposible, con los respectivos cuidados, sí podrían disminuir la frecuencia con la que se enferman.
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Para lograrlo, las defensas de su cuerpo deben estar en óptimas condiciones para ayudarlo con el correcto funcionamiento de su sistema inmunitario. Las enfermedades respiratorias más comunes en bebés son: alergías, asma, bonquitis, neumonía y el resfriado común.
¿Cómo ayudar a su sistema inmunitario?
En relación a los bebés, la leche materna es la mejor manera de subir sus defensas, al ser un alimento completo. A través de ella, la madre proporciona las sustancias que necesita para fortalecer su sistema inmunitario.
Lo recomendado por la OMS es continuar con la lactancia materna hasta los 2 años. Sin embargo, a partir de los 6 meses empieza la etapa de introducir a la dieta alimentos complementarios, de la forma más adecuada recomendada por su pediatra, incluso si necesita complementos o suplementos adicionales de vitaminas y nutrientes.
Este momento es clave, ya que debemos asegurarnos que los alimentos cumplan con su requerimiento nutricional. En cuanto al funcionamiento normal del sistema inmunitario, es importante tener en cuenta la Vitamina C y D, Zinc, Hierro, entre otras.
- Vitamina D: se encuentra en el pescado o el huevo.
- Zinc: puedes encontrarlo en la carne, los frutos secos (como la almendra o la avellana) o la avena.
- Hierro: abunda en la carne, las legumbres y las espinacas.
- Vitamina C: se encuentra en todos vegetales, aunque destaca en el pimiento, el perejil y el brócoli, o en frutas como las fresas o las naranjas.
Además es importante que procuremos la exposición al sol por unos minutos para estimular la producción de vitamina D y tener al día las vacunas que necesitan acorde a su edad. Para eso, el consejo del pediatra es clave en este proceso.
Síntomas a tomar en cuenta
En relación a las señales que deben estar atentos los adultos para llevar a los niños a una atención médica, deben estar pendientes si un niño se ve muy decaído, no se quiere alimentar o presenten una respiración muy agitada.