Mientras los líderes mundiales apuntaron al cambio climático como una de las problemáticas más críticas para la humanidad en los próximos 10 años, en el cierre del Foro de Davos hace pocos días, se afirmó que el plástico de un solo uso sigue siendo uno de los principales causantes de esa problemática, más aún si se considera que únicamente el 9% de este plástico se recicla a nivel mundial (cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
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¿Cómo contribuir para cambiar esta realidad? Una de las opciones es darle una nueva oportunidad de uso al plástico de un solo uso, para que se convierta en reutilizable y/o reciclable. Fue precisamente eso lo que hizo Pronaca con sus bandejas para la presentación de presas y cortes de pollo, cerdo y pavo.
El proyecto para reemplazar las bandejas de poliestireno por bandejas PET reutilizables y 100% reciclables empezó hace casi 3 años y hasta el momento ha logrado que toda la producción de Mr. Pavo de la planta de Yaruquí (cerca de Quito) migre completamente al nuevo empaque, explicó Alexandra Fuentes, Coordinadora Zonal de Gestión Ambiental de Pronaca. Otras plantas donde también se realiza este proceso de empacado, en Bucay y Santo Domingo de los Tsáchilas, también han iniciado este reemplazo, logrando una migración del 76% de bandejas poliestireno a PET del total de la producción de la compañía.
En 2022, esta iniciativa que se enmarca en la estrategia de economía circular de la empresa, fue reconocida por parte de la Secretaría de Ambiente del Municipio de Quito.
Un cambio profundo que requirió investigación
Todo inició frente al hecho de que el poliestireno es un material difícilmente reciclable debido a que la tecnología de gestión de residuos en el país tiene muy poca cabida para su tratamiento.
Ante esto, la compañía inició varios estudios que permitieran definir una alternativa que garantizara la calidad, duración e inocuidad de los productos, y a su vez que permitiera a los consumidores acceder a un contenedor reutilizable y reciclable que evite la generación de residuos que terminen en el botadero o en el relleno sanitario.
La investigación de los equipos de la compañía identificaron a las bandejas de plástico PET como la opción que estaban buscando. Además de la practicidad de este nuevo empaque, esta iniciativa buscaba que las bandejas PET sean fácilmente reprocesadas por los gestores de reciclaje de plástico con el fin de convertirlas en nuevos artículos.
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“Esta es una iniciativa de producción sostenible y consumo responsable porque, por un lado, fomentamos en nuestros procesos prácticas responsables para que los productos sea sostenibles, y por otro, anunciamos al consumidor la condición de 100% reciclable y reutilizable a través de mensajes en el mismo empaque y otros canales como nuestra memoria de sostenibilidad y redes sociales,” comenta Alexandra Fuentes.
¿Qué representa este cambio?
El gran beneficio de que Pronaca haya migrado de las bandejas de poliestireno, que se utilizan una vez y se desechan, a las bandejas PET es que estas últimas tienen múltiples usos. Es decir, son reutilizables y además, 100% reciclables.
A nivel ambiental sus principales ventajas son la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y menor contaminación: el reciclaje de PET reduce la cantidad de residuos que terminan en vertederos y ayuda a reducir la contaminación del aire y del agua.
¿Cómo reutilizar una bandeja de PET?
Existen muchas formas de reutilizar y reciclar una bandeja de PET, depende de la creatividad y recursos disponibles para poder sacarle el mejor provecho. Por ejemplo, puede usarse como contenedor para guardar objetos pequeños como clips, tijeras, hilos; o para almacenar/congelar alimentos, también puede servir como semillero o germinador de brotes, y para hacer manualidades con los más pequeños del hogar.
¿Cómo se recicla una bandeja de PET?
Una bandeja de PET puede tener varios usos, tanto para su reciclaje como para su reutilización.
Primero, las bandejas de PET se limpian y se separan de otros materiales de residuos. Luego, se trituran para convertirlas en pequeños fragmentos conocidos como “pellets” o gránulos, los que se lavan y purifican para eliminar impurezas y contaminantes. Finalmente, son procesados para producir fibras textiles para ropa y alfombras, botellas de agua y refrescos, contenedores para alimentos, productos para la construcción como paneles y perfiles, y productos de automoción, como paneles y revestimientos, entre otros.
