La piel seca y el acné son dos condiciones que preocupan por las secuelas que pueden dejar en nuestra piel. Las dos condiciones son extremas: la piel seca está asociada a la pérdida de agua transdérmica o a la incapacidad de retenerla, por distintos factores como la genética, el envejecimiento u otros agentes externos del entorno; mientras que el acné, es una enfermedad común de la piel que provoca espinillas (granos) en el rostro, el cuello, la espalda, el pecho y los hombros, y pueden dejar cicatrices.
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Para prevenirlas, ambas requieren especial atención y el primer paso es identificar el tipo de piel para definir el cuidado que necesita.
Cuidado de la piel seca
Tener piel seca es sentir la dermis tensa, áspera, con descamaciones o incluso grietas. La causa principal es un mal funcionamiento de las glándulas sebáceas y/o sudoríparas que, desde la dermis, no producen los suficientes fluidos para lubricar la piel y mantenerla protegida ante la pérdida de agua.
Para ayudar a la piel a mantenerse saludable, puede colocar un ungüento o crema humectante cada dos o tres veces al día. La mejor forma de iniciar es hacerlo después de bañarse, luego de secar la piel dando palmaditas puedes aplicar la loción.
Además, es importante evitar productos para el cuidado de la piel y cuidado personal que contengan alcohol, fragancias, colorantes u otros químicos. Puedes utilizar limpiadores cutáneos suaves o jabón con humectantes agregados.
Cuidado de la piel con acné
El acné es una afección de la que aún se desconocen las causas exactas, pero es común en adolescentes y adultos jóvenes. No es grave, pero las cicatrices que puede dejar preocupan a quienes lo padecen.
Los tratamientos para el acné incluyen medicamentos y cremas que suelen ser recetados por el médico especialista, pero para prevenirlo podemos cuidar nuestra piel con una adecuada limpieza, en la mañana y en la noche, así como protección solar con productos adecuados.