El dolor en las articulaciones es un síntoma bastante frecuente en los adultos mayores, el cual produce una molestia constante en una parte específica del cuerpo o incluso en varias, afectando su calidad de vida.
PUBLICIDAD
El dolor en articulaciones se manifiestan inicialmente con signos de cansancio, inflamación y dificultad de movimiento. Incluso, cuando el dolor se vuelve crónico y la molestia muscular se extiende, puede complicar conciliar el sueño durante la noche.
Sin embargo, las enfermedades articulares avanzadas o crónicas pueden generar problemas más importantes, crujidos (crepitaciones), problemas de equilibrio, deformidades óseas, derrames articulares, pérdida de la masa muscular (atrofia muscular), enrojecimiento localizado e hipertermia.
¿Qué hacer?
La forma de tratar el dolor articular depende del tipo de dolencia y la fase de la enfermedad. En primera instancia se suele considerar medicamentos para el dolor de huesos y articulaciones, fisioterapia, entre otras alternativas que el médico tratante recomendará.
Por ejemplo, el tratamiento farmacológico consiste en antiinflamatorios no esteroideos para la reducción del dolor. Adicional, el médico tratante suele recomendar ejercicios de fisioterapia, para contribuir en la reducción del dolor, contrarrestar la pérdida de la función muscular y ayudar a mantener el movimiento de la articulación afectada.
La clave es la prevención
Detectar cuanto antes la patología impedirá que la enfermedad se agrave o se convierta en crónica. Hasta tanto, mientras más se avanza en edad, podemos prevenir de esta manera:
- No cargar peso excesivo.
- Recurrir a la ayuda de elementos ortopédicos que reduzcan los problemas en las articulaciones.
- Procurar mantener una dieta saludable, que incluya la ingesta necesaria de calcio y vitamina D, esencial para mantener sanos los huesos, el cartílago y los músculos.
- Practicar ejercicio regular y moderado para mantener las articulaciones en buen estado.