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La pre-eclampsia: una grave complicación en el embarazo

La pre-eclampsia es una enfermedad exclusiva del embarazo y parto que se caracteriza principalmente por el aumento de la presión arterial de la paciente.

El Dr. Mauricio Corral, médico ginecólogo obstetra del Hospital Metropolitano, indica que se desconoce la causa de esta condición, pero se sabe que es el resultado de una alteración a nivel del endotelio vascular, es decir de la capa interna de los vasos sanguíneos.

En casos graves, puede ocasionar riesgos de hipertensión arterial crónica, enfermedad renal o hemorragia cerebral en la madre; mientras que en el niño puede provocar la muerte por inmadurez y las complicaciones relacionadas con la prematuridad. En Latinoamérica se calcula que complica más del 10% de embarazos y es la primera causa de muerte materna en nuestro país.

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Según el experto, la pre-eclampsia puede presentarse como una patología leve a moderada o de forma severa y grave. La forma leve da tiempo a los médicos de tomar medidas terapéuticas hasta conseguir la madurez del bebé. La forma grave es potencialmente mortal y se presenta con elevación rápida de la presión arterial, hinchazón e incluso convulsiones, conocida como Eclampsia.

La forma leve se presenta generalmente después de las 34 semanas de gestación mientras que la pre-eclampsia grave es precoz y puede acompañarse de alteraciones en la coagulación sanguínea por disminución en el número de plaquetas, lo cual se conoce como Síndrome de Hellp, una emergencia médica que podría llevar a la terminación del embarazo.

Corral explica que entre los principales signos de alerta están el edema o hinchazón (sobre todo de miembros inferiores) y dolor de cabeza, secundario al aumento de la presión. A esto se suma el dolor en la parte alta del abdomen (debajo de las costillas) y alteraciones en la conciencia, que pueden indicar gravedad.

¿Cómo se trata?

El tratamiento definitivo es la finalización del embarazo. Mientras tanto se toman todas las medidas para controlar la enfermedad procurando avanzar lo más cerca de la madurez fetal. Los medicamentos más utilizados son anti-hipertensivos, y anti-convulsivos. La hospitalización, las medidas de soporte y cuidados son muy importantes en los casos graves.

¿Se puede prevenir?

Lo más importante es un control prenatal adecuado. La dieta e ingesta correctas, el evitar el aumento excesivo de peso, el ejercicio moderado durante el embarazo, los exámenes de laboratorio e imagen tempranos en el embarazo van a alertar al médico del riesgo específico para cada paciente.

Los antecedentes patológicos personales como hipertensión arterial, pre-eclampsia previa, edad materna avanzada, embarazo múltiple, obesidad, enfermedad renal, tratamientos de fertilidad, son factores de riesgo a tomar en cuenta.

La ecografía Doppler, es decir con medición de los flujos de sangre a nivel de la placenta en el primer trimestre junto con los factores de riesgo antes indicados y ciertos exámenes de laboratorio son la forma más moderna de prevención para que el médico tome las medidas más adecuadas, entre ellas el uso de Aspirina de baja dosis que es el estándar actual y debe iniciarse idealmente antes de la semana 16 del embarazo.

Este tratamiento reduce el riesgo de pre-eclampsia en forma importante así como también la gravedad en la presentación.

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