Lo imposible no existe para las mujeres, solo toma algo de tiempo. Así, empezó su discurso Irene Ludeña, propietaria de una camaronera en el cantón Arenillas y alumna de la primera promoción del Programa Latinoamericano de Educación Continua de Mujeres Empresarias del Sector Camaronero organizado por Cargill, con el aval de EDES Business School de la Universidad Técnica Particular de Loja en Ecuador y de la Fundación para el Desarrollo Empresarial y Social (FEDES).
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Ludeña indicó además que este programa de capacitación se ha convertido en un puntal importante y ha otorgado un enfoque diferente a su negocio. “El conocimiento nos ha servido para implementar mejores procesos que nos permitan tener mayor productividad a menor costo” mencionó.
Ángel Gómez, director general del negocio de acuacultura de Cargill para Latinoamérica Norte indicó que “nosotros, como Cargill, estamos comprometidos a promover comunidades resilientes a través de proyectos y alianzas a largo plazo que ayudan a las personas a prosperar junto a su familia y comunidad. Dentro de nuestros valores como empresa está priorizar a las personas, de esto se trata todo lo que hacemos y, es por ello que nos complace promover este tipo de iniciativas. Nuestro propósito es que más mujeres se sumen a esta actividad tan noble como lo es la del sector camaronero. Esto es solo el inicio de este gran proyecto. Este será un programa constante y continuo que seguiremos reforzando, porque creemos en la capacitación como herramienta de transformación positiva para las comunidades”.
Asimismo, Roberto Beltrán, director ejecutivo de FEDES expresó que para ellos es importante formar parte de este tipo de iniciativas que se alinean con su visión de generar desarrollo empresarial. “Nos encanta participar en este tipo de proyectos. Creo que es lo que necesitamos para salir adelante en cada uno de nuestros países de Latinoamérica: la mejor forma de reducir pobreza, de generar oportunidades para nuestras familias, de construir futuro, independencia, empoderamiento y todo lo que esto implica. Sentimos que hemos cumplido con nuestra misión de darles herramientas para que puedan salir adelante”
Fueron más de 70 damas de diferentes nacionalidades que se unieron al proyecto latinoamericano donde, bajo la modalidad virtual, se prepararon a lo largo de seis módulos con contenidos como: liderazgo y motivación, finanzas, cultura digital, emprendimiento sostenible, economía circular y asistencia técnica.
Karina Ponce trabaja en una de las camaroneras del sector en el área de producción de engorde. Tiene a su cargo 800 hectáreas de cultivo de camarón y destaca que el recibir esta capacitación con otras mujeres a nivel internacional, le ha impresionado debido al trabajo que realizan en otras latitudes. “Había mujeres que trabajan en el atarrayado del camarón y ese es un trabajo de bastante fuerza”. Dice que lo que lo que más le impactó fue “la importancia de trabajar con indicadores que nos muestren resultados para poder mejorar nuestra producción y nuestro cultivo”
María Honores, propietaria de la camaronera familiar Honores y quien también aprovechó la oportunidad de capacitarse, considera que este tipo de iniciativas de la empresa privada causan un impacto en el desarrollo femenino y del área. “Nos despertó al hecho de que somos parte importante de la producción con un matiz en el cuidado social y ambiental. Con ello podemos transformar nuestro entorno y el de nuestros colaboradores”
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Diana Bonilla Robles, productora hondureña comentó: “El programa ha sido de mucho beneficio para todas las mujeres del sector camaronero. Nos dieron información importante para que nosotras pudiéramos aplicarla en nuestras empresas. Factores fundamentales como el indicador ambiental que tiene un impacto importante en nuestro rubro, ya que debemos ser sostenibles, amigables con nuestro planeta ya que, gracias a la naturaleza, nosotras podemos cultivar camarón y alimentar a muchas personas; el factor social que es cómo impactamos a nuestras comunidades, cómo podemos generar mayor empleo y ayudar a ese sector o población que más lo necesita y el indicador económico, cómo podemos hacer que nuestras empresas sean más rentables, maximizar nuestros recursos y ser más eficientes”
Cargill trabaja junto a los agricultores para aumentar la resiliencia económica, social y climática de los hogares y las comunidades agrícolas. Centrarse en la prosperidad de los agricultores hace que el negocio de la agricultura sea más sostenible para todos los involucrados. Al asociarse con los agricultores, la empresa fortalece las cadenas de suministro agrícola de una manera económica y sostenible que ayuda a construir granjas y comunidades más resilientes. Cargill se ha fijado el objetivo global de brindar capacitación sobre prácticas agrícolas sostenibles y mejorar el acceso a los mercados para 10 millones de agricultores para 2030.