Entrevista: Hernán Cueva
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Redactora: Andrea Martínez
Ricardo Dueñas, CEO de Ekos, ha trabajado durante varios años en la promoción y difusión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en Ecuador. A finales de este 2023, recibió el mandato de Naciones Unidas a través de Unitar, el Instituto para la Formación y la Investigación de las Naciones Unidas, para ser Presidente de CIFAL Ecuador.
Desde esta oficina, parte de Naciones Unidas, Dueñas busca continuar su trabajo sobre los ODS, uniendo a través de varias iniciativas a los actores importantes de la sociedad: academia, instituciones públicas, empresas privadas y el ciudadano de a pie.
¿Qué es el CIFAL y por qué es tan importante su labor?
—La Agenda 2030, que nació como iniciativa de Naciones Unidas en reemplazo de los Objetivos del Milenio, corresponde a una visión más práctica y sistemática que se ejecuta a través de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, los cuales tienen 169 metas con las que se buscan alcanzar un entorno social, ambiental, gobernanza y crecimiento económico sostenible.
Este es un sistema que debe estar concatenado, ya que un ODS no pueden funcionar sin articular a los demás. No se puede tener salud sin agua segura o sin infraestructura que ayuden a eliminar desigualdades y pobreza, condiciones que vuelven a la población más vulnerable al cambio climático, por ejemplo.
En virtud de eso, nace CIFAL, una iniciativa de Unitar, hace 20 años. Esta iniciativa global está hoy en 30 países, y en Ecuador desde hace nueve años. Su mandato es la capacitación y traslado de los objetivos de la Agenda y los principios de Naciones Unidas al liderazgo de las instituciones del Estado, sector privado, academia, entre otros actores sociales.
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¿Por qué es importante que más actores conozcan sobre la Agenda 2030?
—Los contenidos de CIFAL ayudan a esta labor de “evangelizar” sobre los ODS, ya que al final del día, es un trabajo que se debe hacer de forma colaborativa.
La academia, por ejemplo, juega un rol muy importante. En muchos países, las universidades aportan su contingente de estudiantes en investigación, laboratorios, entre otras acciones, para recolectar data que facilite la toma de decisiones más adecuadas. Creo que a futuro no habrá carrera que no tome en cuenta temas de sostenibilidad, ya que va integrada con aspectos de transformación digital o Inteligencia Artificial.
En cuanto al sector privado, si las empresas quieren ser sostenibles a futuro, deben tener la capacidad de hacer negocios en el tiempo y la sostenibilidad es el principal desafío. Hemos rebasado la mitad del tiempo hasta llegar al 2030 y el planeta está en ebullición, es hora de poner un pare, de lo contrario, la situación se volverá más complicada. Imaginemos que por efecto del cambio climático se presentan zonas inundadas y se dificulta ejecutar una cadena de distribución de forma eficiente, ¿cómo llega una empresa a ese mercado? La economía se deprime y cuando hay pobreza, decaen las condiciones de vida y se asienta cada vez más la desigualdad.
Esto nos lleva a pensar y entender la sostenibilidad de una forma pragmática. Las personas pueden cambiar sus hábitos, pero no dejarán de hacer cosas. El CIFAL y Unitar están para transmitir ese conocimiento, y cuando sucede, es mucho más fácil lograr ese cambio en el comportamiento.
¿Qué estrategias se plantean para lograrlo?
—Uno tiene que trabajar por la Agenda desde el sitio en que uno puede, desde la casa, desde la organización o desde la empresa privada, sin dejar a nadie atrás.
Queremos ser un centro que promueva iniciativas de forma sistemática y práctica. En muchos casos, la agenda tiene que ser masificada de una forma más completa, y para eso necesitamos a estudiantes, funcionarios públicos, empresarios, y ciudadanos en general. Nuestro plan como CIFAL es unir a todos los sectores de la sociedad en iniciativas que llevaremos a cabo en 2024.
Entre ellas está llevar adelante capacitaciones en Ambiente, Sociedad y Gobernanza, alineadas a la declaración de Naciones Unidas y lograron nuestro objetivo de masificar. Seguiremos trabajando con organismos seccionales, como CIFAL lo ha hecho exitosamente en los últimos años, y reforzaremos alianzas entre sector privado, academia y sociedad civil.
Estamos analizando otras iniciativas exitosas que se lleva adelante en otros países y empezar a aplicarlas, como la de Cascos Verdes.
¿En qué consiste la iniciativa Cascos Verdes?
—Esta iniciativa que empezaremos a trabajarla desde 2024, se desprende de los Cascos Azules, una fuerza de paz creada para intervenir en sitios de alta conflictividad y vulnerabilidad, pero en el caso de los Cascos Verdes, su accionar estará enfocado en cambio climático.
Este proyecto incluye contenidos o conocimiento sobre ODS y su objetivo final es generar un voluntariado activo, que contribuya de forma práctica a la lucha contra el cambio climático.
Este voluntariado les permite vivir lo que es la sostenibilidad, en proyectos de reforestación, de lucha contra el plástico, limpieza de playas, gestión de desechos sólidos o tecnológicos, moda sostenible, cuidado de páramos, entre otras acciones.
Este planteamiento nos tiene conmovidos, emocionados, motivados y apasionados, por lo que queremos empezar a capacitar y generar unos 10.000 cascos verdes en el Ecuador, quienes serán el contingente y esa fuerza básica para sacar adelante y contribuir de forma práctica a esta lucha que es de todos. Vamos a tener partners locales para impulsar esta iniciativa.
El ciudadano que se gradúa como casco verde de ONU tendrá una alta distinción, le sirve para su hoja de vida, para obtención de empleo, para una beca universitaria… La lucha contra el cambio climático no es un tema discrecional, es un tema de simple racionalidad, de criterio y apoyado por mucha base científica.
¿Qué otra iniciativa podría aplicarse en Ecuador?
—También impulsaremos la iniciativa SDG Ambassador de ONU. Esta ya se aplica en Europa, donde se reconoce a actores del sector privado que están comprometidos con la Agenda 2030 y sus ODS. SDG Pioners, SDG Champions y SDG Ambassador. Una empresa pequeña, como una Pyme puede aspirar a convertirse en un SDG Pioners; empresas con prácticas más consolidadas pueden estar en la categoría SDG Champions; y quien maneje temas sobre desarrollo sostenible puede convertirse en un SDG Embassador de la ONU.
¿Qué retos hay en la práctica?
—Existe una visión errada de que lo sostenible es más caro o que la IA reemplazará puestos de trabajo, pero en realidad genera oportunidades y cambia vidas. Pensemos que tenemos un cambio de matriz energética en el contexto de los apagones. La situación actual nos lleva a la necesidad de trabajar con generadores de combustibles fósiles, que producen energía sucia, contaminan y generan calentamiento global. ¿Qué sería del país si se trabaja en un gran plan nacional para generar energía fotovoltaica, en casas e industrias, dentro de un sistema integrado de manejo energético? Esa tecnología ya existe, solo faltaría aplicarla.
Incluso, la economía tiene que migrar en cuanto a la lectura de indicadores. Ahora, la economía se mide a base del PIB, ecuación que esconde las diferencias que existen en la población. A futuro, debemos dirigirnos hacia una economía del bienestar, de calidad de vida, de trazabilidad, de acceso a escolaridad y servicios básicos, datos que por lo general suelen permanecer escondidos de lo público.
¿Cómo se prepara el CIFAL para este reto?
—Estamos reforzando el equipo. Hemos sumado ejecutivos que tienen un background importante como Andrea Mendoza, la Directora Ejecutiva de CIFAL Ecuador. Estamos analizando las iniciativas exitosas a nivel global que pueden funcionar en Ecuador, sin perder de vista que de aquí también se generarán proyectos para el mundo.
Lo hemos hecho en el pasado con Pacto Global y ahora en CIFAL no será la excepción. La iniciativa es muy potente y me siento orgulloso de que el Secretario General Adjunto de la ONU, Nikhil Seth, quien es considerado como “el padre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, me haya considerado para presidir este organismo en el país.