El vuelo AI171, operado por un Boeing 787-8 Dreamliner, llevaba a bordo a 229 pasajeros y 12 tripulantes. El accidente, ocurrido instantes después del despegue. La tragedia dejó un balance de 260 fallecidos, con Ramesh como único superviviente.
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El pasajero, de 40 años y con pasaporte británico, viajaba en el asiento 11A, ubicado junto a una salida de emergencia. Esa circunstancia pudo favorecer que escapara de los escombros con vida. Sin embargo, la suerte estuvo marcada por la tragedia: su hermano, Ajay Kumar, que ocupaba un asiento al otro lado del pasillo, no logró sobrevivir.

Ramesh sufrió lesiones en el pecho, los ojos y los pies, por lo que fue trasladado de urgencia a un hospital donde continúa recibiendo tratamiento. El primer ministro de India, Narendra Modi, lo visitó poco después del accidente. A pesar de los avances médicos, su estado emocional se ha visto profundamente afectado. Según relató su esposa al diario The Times, el sobreviviente padece “culpa del superviviente y pesadillas constantes”.
Mientras tanto, su familia enfrenta la incertidumbre. Su esposa y su hijo regresaron a Leicester, Reino Unido, para retomar el curso escolar, mientras él permanece hospitalizado en India. “No sé cuándo regresará a casa”, lamenta su pareja.
Caos en la gestión posterior
El accidente también expuso fallos en el manejo de la tragedia. Varias familias denunciaron errores en la entrega de féretros y hasta desaparición de restos, lo que agravó el dolor de los allegados. En cuanto a una eventual indemnización a Ramesh por las secuelas físicas y psicológicas, su esposa indicó que aún desconoce si la aerolínea ha realizado algún pago.
Un viaje inconcluso
Ramesh había iniciado un trayecto hacia Londres el 12 de junio. Tres meses después, no ha podido completarlo. Su salida de los restos del avión representó una segunda oportunidad de vida, pero también abrió un camino de recuperación lleno de obstáculos médicos y emocionales.
El caso de Vishwash Kumar Ramesh recuerda que sobrevivir a una catástrofe aérea no siempre significa salvarse del todo. Tres meses después, continúa hospitalizado en India, enfrentando las heridas físicas y emocionales que dejó una de las tragedias más graves en la historia reciente de la aviación del país.