Flipper es un nombre que ha trascendido generaciones debido a su impacto en la televisión. Desde la aparición de este delfín en 1960, su imagen se ha transformado en una referencia cultural.
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No obstante, más allá de la fama de sus producciones, el final del cetáceo fue desafortunado. El delfín que interpretaba a Flipper, aunque su verdadero nombre era Kathy, optó por suicidarse debido a un problema de depresión.
Aunque suene descabellado, la increíble inteligencia de estos mamíferos ha sorprendido en excepcionales y lamentables situaciones. Kathy falleció tras pasar los últimos días de vida en un pequeño tanque y ahí dejó de respirar hasta al punto de ahogarse.
Ric O’Barry, entrenador del animal, contó que Flipper se suicidó nadando en sus brazos y conteniendo la respiración a propósito. Al momento de soltarla, ella solo se hundió hasta el fondo de su tanque.
La experiencia fue tan traumática para O’Barry que decidió hacer un cambio en su vida y dejó de enfocarse en entrenar a los delfines cómo realizar trucos y empezó a centrarse en el bienestar de los animales. También crearía The Dolphin Project, una organización que lucha por la liberación de los animales en cautiverio.
“La industria (del entretenimiento animal) no quiere que la gente piense que los delfines son capaces de suicidarse, pero estos son criaturas conscientes de sí mismas con un cerebro más grande que el cerebro humano. Si la vida se vuelve tan insoportable, simplemente no toman el próximo aliento. Es un suicidio”, agregó.
O’Barry enfatizó en una pasada entrevista que su compañera y amiga estaba cansada de sufrir. . “Ella estaba viviendo una vida miserable”.