Miles de migrantes haitianos han cruzado hacia Estados Unidos desde México y han acampado cerca de una pequeña ciudad en Texas, presentando un desafío para el gobierno estadounidense.
Las autoridades estadounidenses han empezado a repatriar a muchos de los más de 12.000 migrantes que han acampado en las cercanías de un puente en Del Río, Texas, después de cruzar la frontera desde Ciudad Acuña, en México. Al mismo tiempo, los agentes están impidiendo el paso de más migrantes.
La enorme demostración de fuerza da inicio a la que podría ser una de las mayores y más rápidas expulsiones estadounidenses de migrantes y refugiados en décadas.
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En días recientes, muchos haitianos cruzaron el río Bravo hacia territorio estadounidense. Algunos regresaron a México brevemente para comprar enseres antes de regresar a los campamentos en Texas.
Los refugiados llevaban las mercancías sobre sus cabezas al cruzar el río con el agua por las rodillas. Algunos se quitaron los pantalones antes de cruzar, pero otros no se inmutaban ante la posibilidad de mojarse.
Muchos haitianos han estado tratando de llegar a Estados Unidos procedentes de Sudamérica, partieron de su país caribeño tras el devastador sismo del 2010. Al escasear el empleo en Brasil tras las olimpiadas de 2016, muchos haitianos se encaminaron hacia Estados Unidos a pie, autobús o carro.
Algunos de los migrantes haitianos sostienen que no pueden regresar a su país debido al reciente sismo y a la inestabilidad política tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse.