Estados Unidos se encuentra en máxima alerta porque tiene información sobre «amenazas creíbles» contra sus tropas en Afganistán. Aunque seguirá adelante con sus planes de culminar la evacuación y la retirada para el 31 de agosto, tras el atentado de ayer en Kabul con 13 soldados muertos.
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El presidente estadounidense, Joe Biden, fue informado en una reunión con su equipo de seguridad nacional de que los últimos días de los militares de EE.UU. en Afganistán podrían ser los «más peligrosos hasta la fecha».
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, explicó en un comunicado que una de las razones de ese peligro creciente no es solo la amenaza de la rama del EI en Afganistán, sino el hecho de que el Pentágono va a comenzar a sacar sus materiales y personal para cumplir con la fecha límite del 31 de agosto, fijada por Biden.
El presidente fue avisado por sus asesores y comandantes castrenses de que «otro ataque es posible» en Kabul. Le comunicaron que se han tomado «las máximas medidas de protección» para proteger a las tropas.
Ante esa situación, Biden ha autorizado a los responsables militares a hacer todo lo que sea necesario para proteger a las fuerzas estadounidenses, y además recibió nueva información sobre diferentes planes para atacar a la rama del EI en Afganistán en represalia por el atentado de ayer.
Pese a estas amenazas, el presidente se comprometió a continuar con la evacuación y la retirada, de acuerdo a lo previsto, en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, al comienzo de una reunión con el primer ministro israelí, Naftali Benet.
«La misión que desempeñan es peligrosa y ahora se ha producido una pérdida significativa de personal estadounidense, pero es una misión que merece la pena, porque siguen evacuando a la gente fuera de la región, fuera del aeropuerto», manifestó el mandatario.