La cantante ecuatoriana, Pamela Cortés, nos abre su corazón y cuenta todo acerca de su vida como madre de Max. Ella confiesa los momentos maravillosos que ha vivido a través de la maternidad, incluso superando obstáculos en el camino, que jamás imaginó. Destaca lo increíble que se siente al vivir cada etapa del pequeño de 8 años.
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La vida artística y musical de Pamela Cortés es muy reconocida a nivel local e internacional. Ella ha alcanzado un sinnúmero de logros con su voz angelical y su esposo, David Harutyunyan, director de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, la ha impulsado y acompañado en este bello camino.
En esta edición nos cuenta qué hay más allá de lo que los telones de grandes escenarios muestran y nos abre las puertas de su alma para contar sobre todo lo hermoso que vive y siente al ser mamá.
Pamela no podía tener hijos y este fue un capítulo que la motivó a probar varios tratamientos para cumplir el sueño de tener un bebé. Luego de varios intentos fallidos sintió que su corazón latía con algarabía cuando en uno de sus tantos exámenes médicos le dijeron que su prueba de embarazo era positiva.
En 2013 se estrenó en su misión de cambiar pañales y dar biberones, además de desbordar todo el amor que atesoraba para su primogénito. El ser madre primeriza le fue enseñando poco a poco y entender todo este bello caminar de traer un hijo al mundo.
¿Cómo revives aquel momento en el que te enteraste que ibas a ser mamá?
Max fue un niño planificado y me sometí a muchos tratamientos para lograr este sueño. Hicimos muchos intentos y no quedaba embarazada, conocimos otro proceso más efectivo y cuando fuimos a ver los exámenes salió por fin positivo.
Lo chistoso de esto es que fui a retirar una mañana los exámenes de sangre. Recuerdo que David estaba en Quito y él llegó en la noche a Guayaquil así que tuve ese papel con los resultados paseando todo el día.
Mi mamá y mi cuñada me presionaban por saber. Cuando David salió del aeropuerto fue cuando abrí el sobre y vimos que estaba embarazada. Lo festejamos a mil por hora, saltábamos y gritábamos como locos con un papel en la mano. No podía creer que al fin había funcionado.
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¿Cómo has vivido la maternidad y que significa para ti?
Es lo más grandioso que pueda existir. Gracias a esto vivo inspirada y disfruto de todas las etapas de mi hijo. Todo me sorprende hasta una simple pregunta cargada de inocencia. Tiene ya 8 años pero me acuerdo de cada cosa, desde que caminó, su primer diente, su primer día de escuela, y así. Todo tiene un significado grande. Para mí, un hijo te da la inspiración para vivir, es el motor de todo.
¿Qué les dices a las mamás del mundo sobre este momento en el que afrontamos una pandemia?
Las madres afrontamos la pandemia de distintas formas. En mi caso, tenemos solamente a Max y jugamos, conversamos, vemos películas o leemos juntos. La curiosidad es algo muy evidente en los niños. Para ello, como padres hemos potenciado una mentalidad exigente para buscar la forma de aliviar este camino y hacerle más ligero por tener tantas restricciones. Hay que tratar de vivirlo con más flexibilidad. Él no juega con nadie y pues hemos hecho que tenga una burbuja llena de chispa, amor y de juegos. Luego volverá con más fuerza a sus clases de deporte y jiu jitsu.
Hay algo que quiero destacar en esta parte y no solo como algo de la pandemia, sino que es vital aprender a tener paciencia y desarrollar más amor. Esto no puede faltar. Hay que ser más flexibles con todo lo que sucede en casa. Ellos entienden todo y hay que saberlo explicar.
¿Qué palabras y acciones de tu hijo son las que te reinician la vida?
Max me llena con todo. Siento que me reinicia cada mañana, desde que me despierta. Apenas abro los ojos me llena de besos, me abraza, nos apapachamos un rato. Y eso me da la fuerza y la alegría para empezar mis días. Es mi razón de vivir, de existir.
¿Cuál es el legado que quieres dejarle?
El mejor legado que puedo dejar a mi hijo es el de la honestidad de sus padres, que sea un hombre trabajador que se esfuerce por lo que quiere. Ir por el camino limpio siempre va a dar buenos frutos. Hay que caminar con la frente en alto, sin avergonzarse de nada. Le dejaré el legado del amor infinito, de estar pendiente y amoroso con sus padres y familia.
¿Cómo ha sido el apoyo de David, tu esposo?
Él siempre ha sido un apoyo inmenso. Nos damos ese soporte. Con David hacemos todas las cosas por igual. Él se encarga de distraer a Max y jugar con él mientras yo me encargo de otras obligaciones. Nos complementamos muy bien. Nuestro trabajo es flexible en tiempos y como artistas hemos tenido que adaptarnos a la nueva normalidad. A la hora de estar juntos siempre preferimos darle tiempo de calidad a nuestro pequeño.
¿Cómo manejas tu tiempo como artista versus al de Pamela como mamá?
Nuestra profesión nos ha permitido tener tiempos flexibles. Puedo ser cantante y mamá todo el tiempo. Ahora mismo he trabajado en varias canciones nuevas. Este mes escucharán la primera de estas que escribí hace poquito. Así que estén pendientes del lanzamiento de esta canción. He estado trabajando con Homero Gallardo desde Miami, y Marcel Ferrer. He logrado la producción de letra y música de mi autoría y le tengo mucha fe a esta canción, ya vendrán nuevas y seguro les encantará.
¿Le dedicaste alguna canción a Max?
A Max yo le escribí una canción hace muchos años, cuando me dieron la noticia de que yo no iba a poder tener hijos y pues me inspire y escribí “Alguien mío”.
Se la escribí a él, a ese deseo de ser mamá, esas ganas de tener un bebé en mis brazos y la verdad no sé por qué la escribí pensando en un varón. Sin embargo, llegó Max a nuestras vidas y entonces él es ese alguien mío que al final no es mío sino del mundo, de la vida, del universo, menos mío. Pero mientras exista yo estaré para él. Amo ser mamá.
Pamela recalca que muchas veces le cuestionan sobre si su primogénito al ser descendiente de dos grandes artistas seguirá sus pasos pero ella dice que no piensa presionarlo en el tema, que lo que él quiera ser, será.
Para despedirse, esta bella madre invita a mantenernos en casa, impulsando el amor, la paciencia, los valores y sobre todo la fe de superar obstáculos en familia.