Ariel Burdett, exconcursante del programa de talentos del Reino Unido «Factor X» fue hallada muerta en su casa de Leeds (norte de Inglaterra) el pasado 12 de noviembre con una herida incisiva en el cuello, según revelaron medios británicos.
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Un portavoz de la policía del condado de West Yorkshire detalló que «no hay circunstancias sospechosas» en torno a la muerte de Burdett, de 38 años, cuyo nombre real era Amy.
Según la investigación forense, empleados del dueño de la vivienda donde residía la artista se presentaron el 4 de noviembre, al haber recibido advertencias por parte de los vecinos sobre la posibilidad de que sufriera algún problema.
La cantante no abrió la puerta ni respondió a las llamadas de esos empleados, que regresaron el ocho días después con un cerrajero y la encontraron muerta.
Durante una audiencia en la Corte Forense de Wakefield, en la que no estuvo presente ningún familiar de la artista, según el tabloide «Daily Mail», la policía confirmó ante el juez que no consideran que haya circunstancias sospechosas alrededor del suceso.
Andrew Smalling, vecino de la zona y conocido de Burdett, declaró a «The Sun» que quedó conmocionado por la noticia y que la artista «había luchado contra sus demonios durante un tiempo».
«Creo que se arrepentía de haber aparecido en ‘X Factor’, porque realmente era una buena artista y aquello, de alguna manera, la manchó», declaró Smalling.
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Burdett se hizo famosa en el Reino Unido al participar en una audición del «reality» de talentos en 2008, aunque no superó esa fase del concurso.
Ante las cámaras, la artista se arrancó el identificador que le había colocado la cadena de televisión y dijo: «Soy un ser humano, no un número».
Al acabar su actuación, en la que utilizó diversos registros vocales y que se convirtió en uno de los momentos más recordados por el público del concurso, el jurado la calificó de «una completa y absoluta pesadilla».