La familia de la joven asesinada por su amiga, Verónica Silva Ruiz, estaban hasta las 13:00 de este viernes 5 de octubre a la espera de que las autoridades les entregaran el cuerpo de la universitaria de 21 años. La víctima fue asesinada y descuartizada el pasado martes 2 de octubre por su amiga del colegio de 19 años identificada como Kathleen L.en el Guasmo, Guayaquil. quien se entregó a la Policía y confesó el crimen la noche del miércoles mediante una llamada al ECU911.
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La madre de la víctima, María Ruiz contó que estaba todo listo para recibir los restos de la menor de sus hijas. Dijo que las autoridades le iban a entregar el cuerpo el jueves y que planeaban enterrarla el viernes. Sin embargo, los investigadores pidieron volver a analizar los restos pues se habrían encontrado huellas de una segunda persona en el cadáver.
Su madre también contó que su hija llegó de la universidad la mañana del martes. La última vez que vieron a Verónica fue saliendo de su facultad con una joven (presuntamente Kathleen) y otro chico, quien aún no ha sido identificado.
Esto relató un profesor de Verónica a la hermana de la víctima y a agentes de la Unidad de Muertes Violentas que la fueron a buscar a la facultad cuando recién reportaron su desaparición.
María Ruiz también contó que las cámaras de seguridad de la facultad, que queda en la avenida Las Aguas, estaban desconectadas por lo que los agentes no han logrado identificar quién es el joven que acompañaba a Verónica, horas antes de su muerte.
Su madre aseguró que su hija no planeaba ir a la cada de su amiga que la asesinó en el Guasmo Sur, ya que el martes, Verónica salió sin desayunar y le dijo a su mamá que solo iba a entregar un papel a la universidad y regresaba pronto para comer en la casa. Nunca regresó. La mañana del miércoles se denunció su desaparición en la Fiscalía.
Tanya Varela, comandante de Policía de la zona 8, informó hoy en una rueda de prensa el orden de los hechos que confesó la supuesta victimaria. Dijo que a Verónica primero le amarraron sus brazos con un plástico y que luego la estrangularon con un cable de luz.
Después de darse cuenta lo que había hecho, Kathleen L. confesó haberla querido desmembrar con un cuchillo de la cocina, pero no pudo cortar su cabeza. Luego la llevó al baño y le echó alcohol en la cara para quemarla. «Solo se quemó el cabello y rostro», indicó la general.
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