El mayor objetivo de esta elección de Reina de Quito será fomentar en las candidatas el concepto de solidaridad, según María Fernanda Pacheco, presidenta de la Unidad Patronato San José, ente organizador del evento.
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«Es importante que las candidatas se involucren y que transmitan el mensaje a las próximas generaciones sobre la importancia de formar parte de estos programas sociales que impulsa el Patronato. La nueva soberana de la ciudad trabajará tanto con la Fundación Reina de Quito y el Patronato San José, tal como se hizo este año, la idea es que el reinado no sea una actividad alterna sino que se puedan dedicar de lleno. Esta experiencia les va a enriquecer y les da la oportunidad de desarrollar distintas destrezas y habilidades», dijo Pacheco en una entrevista con Metro.
Sobre las candidatas:
Pacheco dijo que son chicas capaces, inteligentes, comprometidas, solidarias y todas tienen la intención de hacer lo mejor por su ciudad. Será un orgullo tener una nueva Reina comprometida y que mantenga ese mensaje de humildad y transparencia.
Melissa Aguirre: “Ser Reina de Quito es un sueño”
Tiene 23 años y es periodista. Nos cuenta que desde pequeña, su vida se ha caracterizado por realizar labor social. “Con mis amigos del colegio nos vestíamos de payasos y acudíamos a los hospitales y orfanatos para compartir un momento de alegría con los niños. La labor social siempre me ha motivado”, afirma.
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Destaca que es muy activa y ha realizado algunas actividades: danza contemporénea, gimnasia rítmica, fútbol, y deportes de velocidad.
“Ser Reina de Quito es un sueño personal y la labor social, más que una forma de ayudar es un derecho que todos los grupos vulnerables necesitan”.
Jéssica Cánchig: “Sacaré adelante los proyectos del Patronato”
Jessica Cánchig tiene 22 años y estudia administración de empresas y considera que el voluntariado es la esencia del Reina de Quito.
Contó que su labor se enfocará en apoyar el trabajo con niños, jóvenes y adultos mayores que participan en los distintos programas del Patronato. El programa 60 y Piquito es uno de los que más me llama la atención.
Se considera muy carismática, activa y le gusta sonreír. Además, baila salsa profesionalmente desde los 18 años y ha participando en concursos nacionales e internacionales. Su familia es su pilar fundamental.
“Me encantaría asumir ese compromiso de aportar con mi ciudad de la mano del patronato San José a favor de los grupos vulnerables.
Cristina Delle Vigne: «Deseo trabajar por mi ciudad»
Tiene 23 años y es arquitecta. Se describe como una persona sincera, humilde y solidaria. Es muy deportista, practica la equitación y se considera amante de los animales.
Lo que le motivó a involucrarse en la labor social de este año en Reina de Quito fue su experiencia de voluntariado tras el terremoto del 16 de abril. “Fuimos con un grupo Me di cuenta que tengo vocación para el servicio y deseo trabajar por mi ciudad”.
El proyecto de atención a la discapacidad que impulsa el Patronato es uno de los que más me ha impacto, dada la evolución que han tenido y el trabajo que hacen con los animales.
Por lo alta que soy he practicado vóley y fútbol, pero he practicado deportes de alto impacto como karate, jujitsi , artes marciales mixtas, pero la equitación es mi pasión.
«Soy una persona muy constante y me encanta cumplir mis propósitos, y este año estoy dispuesta a dedicarlo al trabajo por las personas vulnerables de la ciudad».
Sarah Garcés: «Aportaré para garantizar una mejor calidad de vida»
Tiene 24 años y es master en marketing y comunicación. Su motivación al participar en Reina de Quito es todo lo que se puede hacer por ayudar a la ciudad y aportar con los grupos vulnerables para que tengan una calidad de vida inigualable. Quiere trabajar con el Patronato San José en todos los proyectos que maneja.
Gabriela Jimenez: «El voluntariado me llena y me identifico»
Tiene 25 años y estudia arquitectura interior. Le encanta caminar, la música, dormir y es muy hogareña.
«El ser Reina de Quito me motiva y me fui preparando para tener ese grado de madurez necesario para servir a la ciudad. El voluntariado es algo que me llena y me identifico, porque uno nunca sabe si algún día me puedo encontrar en la misma situación y me gustaría tener una mano solidaria».
Ayudar a los demás es un tema cotidiano y participar como candidata nos da una visión de lo que tenemos que hacer en favor de las personas que lo necesitan, expresó.
Gabriela sostiene que el alcance social de los proyectos del Patronato es increíble y no tiene un proyecto preferido porque todos los programas sociales necesitan de su apoyo como Reina. Los adultos mayores, adolescentes y niños necesitan nuestra compañía y amor, concluyó.
“Quería inscribirme en este certamen porque es diferente, luchas por ser solidario y por un objetivo”.
Lizbeth Mejía: «La reina es una mediadora»
Tiene 24 años y es periodista. Siempre quiso participar en el Reina de Quito pero decidió esperar hasta preparase intelectual y emocionalmente para esta labor. “Siempre he estado vinculada a la labor social y es maravilloso representar a la ciudad. Además, al ser Reina de Quito, puedes ser una mediadora para que los proyectos del Patronato San José se den a conocer y todos los quiteños se involucren como voluntarios o beneficiarios de estos programas».
Como comunicadora, le gustaría hacer una campaña de difusión masiva para dar a conocer el trabajo del Patronato, en lo urbano y lo rural. Además, afirma que le gustaría trabajar de cerca con los Guaguas Centros, porque “es uno de los proyectos más emblemáticos ya que un niño sano y alegre es el futuro de nuestra ciudad”.
Jazmín Ramírez: “Sé que puedo aportar con muchas ideas”
Jazmín Ramírez tiene 25 años y es odontóloga. Para ella, el Reina de Quito es una meta más, un reto, en el cual está muy comprometida para aportar a la ciudad.
Ella participa en brigadas médicas que atienden a los sectores rurales de Quito: “Desde que ingresé a la universidad realizo voluntariado y es muy satisfactorio sentir el cariño y aportar con un granito de arena”.
Confiesa que le encanta la fotografía y se describe como una mujer multifacética. Además, le gusta nadar, correr y fue seleccionada por Pichincha en tenis de mesa.
“Sé que puedo ayudar a mi ciudad, sé que puedo aportar con muchas ideas y con los proyectos del Patronato San José”.
Teresa Rosero: “Debo servir a mi ciudad”
Teresa Rosero tiene 22 y es egresada de periodismo. “Participar en el reinado es un anhelo que siento desde pequeña. Siento que tengo la responsabilidad de servir a mi ciudad, el ser quiteña no basta, y esta es una plataforma desde la cual puedo aportar”, dijo.
Se describe como una persona que vive el presente pero sin descuidar la visión de futuro. Comenta que su familia la está apoyando en este certamen, así como lo hicieron durante su participación en el Miss World, Pichincha.
La joven, quien desde niña se vinculó a la labor social, junto a su madre, afirma que:
“Uno cree que conoce a su ciudad pero en realidad se empieza a amarla desde el voluntariado con los grupos que más lo necesitan”.
María Verónica Suárez: «Mi objetivo es formar una red de jóvenes voluntarios»
Tiene 25 años y es periodista. Su motivación principal es la actividad de voluntariado que va a realizar en caso de ser elegida Reina de Quito. «Desde que era adolescente siempre me ha gustado formar parte en proyectos que promuevan el activismo de la juventud en proyectos de democracia o labor social». Fue representante del gobierno estudiantil y presidenta de su facultad.
Su objetivo, en caso de ser elegida, es consolidar una red para que los jóvenes profesionales también puedan participar y sobretodo ayudar para que los grupos vulnerables tengan una vida llena de amor y dignidad. La Ronda es su sitio favorito de la ciudad por su colorido y platos típicos, que encierra los valores de la quiteñidad.
Estefanía Ulloa tiene 24 años y es productora de cine y televisión
Se describe como una persona tímida, pero mi familia me incentivó a participar este año. Sobre su participación en el certamen, dice estar muy feliz al ser parte de las 10 candidatas que el próximo 24 de noviembre participarán de la elección. “Cada día es un aprendizaje y es una experiencia muy gratificante”, dijo.
“La gente nos recibe con mucho cariño y hacer que los quiteños se involucren más en estos programas ayudaría mucho”, finalizó.