A solo una hora con 30 minutos, desde Quito, encontramos esta mágica comunidad conformada por apenas 480 familias que reciben a sus turistas con sus emprendimientos y artesanías, ansiosos de resurgir luego de todas las circunstancias vividas por la pandemia.
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La comunidad de Zuleta pertenece al cantón de Ibarra de la provincia de Imbabura y está dividida en 10 sectores: Pan de azúcar, El Alto, Medio, Santa Marta, El Barrio, Carlosama, La Cocha baja, Arrayán, San Marcos y el Cunrro. Cada uno con sus respectivos atractivos e historia que contar.
¿Cómo llegar?
A unos kilómetros de Cayambe deberás avanzar hasta el puente del Río San José y desde ahí, las prendas bordadas que se exhiben desde las ventanas y balcones de cada viviendas les irán guiando hasta encontrar el monumento del ex presidente Galo Plaza Lasso, cuya presencia se mantiene viva en Zuleta, con la majestuosa hacienda de su propiedad, que todavía es administrada por sus hijos y nietos.
Unos metros más adelante se encuentra la Iglesia y el recinto ferial “Expo Zuleta” que agrupa a más de 80 personas que trabajan en 20 emprendimientos que los exhiben en sus stands para ofrecer a los visitantes que llegan cada fin de semana y los feriados.
Zuleta emprende
Dayana Albán, presidenta de la Asociación de Emprendimientos de Zuleta explica que varios pobladores emigraron del lugar para estudiar o probar suerte en la capital u otras ciudades, pero, con la pandemia, se dio el caso de que un gran porcentaje regresaron a emprender con sus negocios.
Los bordados a mano siempre serán la insignia de Zuleta, son el símbolo y la elegancia de sus vestimentas y una tradición que se pasa de generación en generación. La habilidad de las zuleteñas para bordar es impresionante, lo hacen sin patrones, e inspiradas en los más lindos paisajes que las rodean.
“Cuando compra una prenda bordada a mano, no se lleva solo un producto, se lleva una prenda hecha con cariño, amor y una identidad cultural”, recalcó Albán.
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En la feria encontrará también los emprendimientos basados en la ganadería y agricultura del sector, actividades a las que se dedican los habitantes. Ofrecen harinas, habas, pan, quesos, dulces, vinos especiales, y una variedad de artesanías en madera.
Senderos y páramos
Este es uno de los atractivos del sector, especialmente para los más aventureros, que a través de rutas pueden ascender en bicicletas, motocicletas o cabalgando a caballo, hasta más de 3.500 mts. de altura, donde los paisajes enmarcados con el volcán Cayambe, son la mejor recompensa. Allí se han ubicado haciendas y restaurantes que ofrecen una gastronomía espectacular, en donde el borrego, los choclos y habas son los más solicitados en los platos que se preparan.
Casa Museo Carangue
Una de las pocas casas tradicionales que se mantienen en Zuleta, es la que perteneció a la familia de Amable Chachalo y que hoy está convertida en museo. Es una construcción que se hizo con el material tradicional de la zona: piedra, adobe, paja, madera y mantiene una estructura en forma circular, que, según los antepasados, permite que la energía fluya de manera adecuada.
Zuleta y sus mágicas historias
En el museo se exhibe una importante colección de cerámicas y vasijas que han sido recolectadas y que tienen entre 600 y 200 años de antigüedad. También se encuentra un telar que data de hace 200 años, elaborado en madera y en el que se confeccionaban todas las prendas de vestir.
“El objetivo es que no se pierdan las culturas y tradiciones porque el pueblo que pierde sus costumbres, pierde su identidad”, manifestó Amable Chachalo, mientras utiliza el telar que tiene tantas historias tejidas.