Carolina Ramírez llegó a la televisión ecuatoriana bajo la piel de una productora musical que llega a Colombia con el único objetivo de vengarse por la muerte de sus padres y el haber pasado más de 15 años en la cárcel por un crimen que no cometió.
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Carolina es Yeimy Montoya, protagonista de ‘La reina del flow’, novela del canal Caracol. METRO habló con la actriz de esta historia de venganza, amor y música urbana en la que comparte el protagónico con Carlos Torres y Andrés Sandoval.
Este es un personaje rico en matices, a veces bueno y a veces malo…
Y esos son los personajes que se necesitan en la televisión de ahora. Ya no es tiempo de que las protagonistas sean las sumisas y las ‘heidis de la pradera’. Siempre es bueno jugar a ser otro, y que ese otro sea musical y no tan buena onda, sin duda se convirtió en un plus para este proyecto. Es chévere ser malo, se siente muy bien.
Hace un tiempo no la veíamos en la pantalla chica, ¿a qué se debió eso?
La ‘tele’ tiene una forma única de hacerse, y sino fuera por la gente bonita y talentosa que se conoce, sería muy monótono trabajar en esto. Por eso a veces es mejor descansar y tomarse un tiempo para otro tipo de proyectos.
Pero como lo dijo anteriormente, es fantástico tener la oportunidad de trabajar con grandes productores, actores y directores. Yo siempre la paso bueno, para mí cada producción es una experiencia nueva y ‘La reina del flow’ no es la excepción.
¿Cómo es la Yeimy que regresó a Colombia con el objetivo de vengarse de Charly Flow, su amor del pasado?
Yo creo que ella llega sin bases, no tiene de dónde agarrarse y no tiene nada que perder. Cuando empieza la historia vemos todo lo que le pasa en su infancia, sus padres, de dónde viene, quién es, y sabemos que no es tan mala como parece, pues uno no deja de ser quien es, pero el dolor y todo lo que le tocó sufrir hizo que su corazón se volviera oscuro.
Y justamente de lo que va a tratar esta producción es de cómo ella volverá a ser una mujer con un corazón bueno y recuperará esa esencia que tenía en su adolescencia. Por ahora eso no se ve, pasará mucho tiempo antes de que ocurra.
«Ella tenía dos caminos, el perdón o la venganza, y eligió la revancha. Eso tendrá sus consecuencias. Y justamente, verla afrontando esas consecuencias es lo que le dará riqueza a esta producción», Carolina Ramírez.
En su juventud Yeimy está muy enamorada de Charly, pero, ¿qué pasa a su regreso? ¿Le mueve el corazón de nuevo?
Hay que ser muy retorcido para volver enamorarse del hombre que le hizo tanto daño.
¿Qué tipo de enseñanzas nos deja Yeimy Montoya?
El valor de la familia y sobre todo, el valor del perdón. Yo creo que ese el gran camino y la gran travesía que tiene que recorrer este personaje. Siempre hay caminos, pero solo uno puede escoger el que quiere caminar: ¿Violencia, perdón, venganza, música, arte? ¿Qué es lo mejor? ¿Qué cambiará nuestras vidas? Son las preguntas que nos responderemos andando junto a Yeimy Montoya y los demás personajes.
¿Con qué se queda luego de las grabaciones que se hicieron en Medellín?
A mí siempre me marcan las producciones porque quedas con amigos entrañables, y por ejemplo, gracias a La reina del flow conocí unos ‘gaticos’ del barrio Manrique que tienen un proyecto cultural hermoso, que es enseñar en las Comunas muestras de arte como el rap y el grafiti. Su objetivo es buscar formas de expresión y de denuncia que no sean la violencia. Y eso también es lo que queremos reflejar en la producción.
Y es que la música es otra parte importante de La reina del flow…
Cualquiera diría que es una novela más que habla de un género musical, pero no es así. Nosotros queremos mostrar cómo la música, y en especial el género urbano, se ha convertido en la salvación de muchos colombianos, quienes han preferido el arte por encima de la violencia.
Y es que gracias a lo urbano, muchos han encontrado un método para desahogarse sin necesidad de tener un arma en sus manos.
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