China ha revelado un nuevo avance en tecnología militar que parece sacado de un episodio de ciencia ficción. Se trata de un microdrón biónico con apariencia de mosquito, presentado oficialmente el 20 de junio de 2025 por la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa (NUDT) a través de la cadena estatal militar CCTV-7.
PUBLICIDAD
“Este es un robot que se asemeja a un mosquito”, explicó Liang Hexiang, estudiante de NUDT, mostrando el dispositivo. El diminuto dron pesa apenas 0,3 gramos, mide cerca de 2 centímetros y posee dos alas que pueden batirse 500 veces por segundo, además de tres patas estilizadas. Está equipado con sensores que lo convierten en una herramienta para vigilancia encubierta y misiones especiales en zonas de combate.
Una de sus principales características es que su tamaño le permitiría evadir sistemas de radar convencionales, lo que lo hace altamente sigiloso en contextos militares. La presentación incluyó también un prototipo de cuatro alas que puede ser controlado desde un smartphone, según informó el South China Morning Post.
Una tendencia global en microdrones militares
China no es el único país en apostar por drones miniaturizados. El “Black Hornet”, un micro-UAV noruego del tamaño de una palma, ya es utilizado por el Ejército de Estados Unidos y otras fuerzas armadas. Equipado con cámaras y sensores térmicos, permite reconocimiento rápido y sigiloso en zonas hostiles.
En 2006, el Departamento de Defensa de EE.UU. inició el proyecto HI-MEMS a través del laboratorio DARPA, con el objetivo de crear insectos ciborgs mediante la integración de sistemas microelectromecánicos en su anatomía.
Este tipo de desarrollos tecnológicos abre debates sobre los límites del espionaje, la ética en el uso de dispositivos autónomos y la evolución de la guerra moderna hacia escenarios invisibles al ojo humano y al radar.
¿Realidad inspirada en la ficción?
El anuncio del dron “mosquito” ha reactivado comparaciones con el episodio Odio en la nación (“Hated in the Nation”) de la reconocida serie Black Mirror. En ese episodio, el sexto de la tercera temporada, se introduce la tecnología de drones autónomos llamados ADI (Autonomous Drone Insect), desarrollados para polinizar flores y cultivos tras la caída de la población de abejas. Sin embargo, estos dispositivos son hackeados y utilizados para perpetrar asesinatos, desencadenando una investigación policial.
Lo que parecía una distopía tecnológica ahora se acerca a la realidad, según analistas, al ver cómo prototipos de microdrones con capacidades avanzadas emergen desde laboratorios militares.