La parroquia San Pablo, en la provincia de Santa Elena, se vio sacudida el 6 de diciembre por la muerte de Roberto Aveiga, un adolescente de 16 años que falleció tras recibir varios disparos.
La Policía Nacional informó que, según las primeras versiones, el ataque habría sido perpetrado por un sospechoso que afirmó haber actuado por una supuesta “confusión”.
“Me confundí”, fue lo que confesó el sicario cuando fue increpado por la Policía Nacional y el padre de la víctima. El sujeto reconoció que no era su objetivo.
Esta declaración mantiene abiertas diversas líneas de investigación sobre el verdadero móvil del crimen.
Roberto era estudiante de la Unidad Educativa Carlos Julio Arosemena Tola y, de acuerdo con docentes y vecinos, no tenía antecedentes de conflictos.
Era considerado un joven responsable y querido dentro de su entorno. La noticia generó indignación y temor entre los habitantes, quienes lamentaron que hechos violentos se hayan vuelto frecuentes en los últimos meses.
Detención del sicario y primeras versiones
La alerta ciudadana permitió que agentes policiales ubicaran y detuvieran al presunto responsable minutos después del ataque.
Familiares del adolescente, visiblemente afectados, exigieron explicaciones durante el traslado del detenido.
La Policía señaló que estas interacciones quedaron registradas y serán consideradas dentro de la reconstrucción de los hechos.
El caso fue puesto a órdenes de la Fiscalía, que deberá determinar si existen elementos para formular cargos y avanzar hacia una audiencia de flagrancia o iniciar otras diligencias pertinentes.
Luego del ataque, la Policía Nacional desplegó operativos focalizados en la zona para recopilar testimonios, analizar cámaras de seguridad y obtener información que permita establecer si efectivamente se trató de una confusión o si el adolescente fue víctima de un ataque dirigido.
El Ministerio de Educación expresó condolencias a la familia y anunció que se activarán protocolos de acompañamiento emocional para estudiantes, docentes y personal de la institución educativa del joven.
En San Pablo, vecinos organizaron muestras de solidaridad y exigieron mayor presencia policial, afirmando que la comunidad se siente vulnerable ante la creciente ola de violencia que afecta a varios sectores de la provincia.
La Fiscalía de Santa Elena continúa recabando indicios para determinar el móvil del ataque y establecer la responsabilidad del detenido. Pericias balísticas, análisis de cámaras y nuevas versiones de testigos forman parte de las diligencias en curso.
La Policía reiteró que no se descarta ninguna hipótesis y que el objetivo es esclarecer completamente el caso, garantizando justicia para la familia del adolescente y seguridad para la comunidad.

