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La anomalía extraordinaria de 3I/Atlas que despiertan la interrogante si es una nave

¿Podría el visitante interestelar ser una nave tecnológica, según Avi Loeb?

La anomalía extraordinaria de 3I/Atlas.
La anomalía extraordinaria de 3I/Atlas. Captura de pantalla.

El cometa interestelar 3I/ATLAS ha generado un nuevo debate en la comunidad científica y mediática tras una hipótesis divulgada por el astrofísico Avi Loeb, quien sostiene que podría tratarse de más que un cometa natural. Lo que llama su atención es una anomalía orbital extraordinaria: la trayectoria del objeto pasará muy cerca del radio de Hill de Júpiter en marzo de 2026, lo que, según Loeb, coincide con lo que haría una nave para desplegar sondas o dispositivos en órbita jupiteriana.

¿Qué anomalía detecta Avi Loeb en la trayectoria de 3I/ATLAS?

Según Loeb, los datos de la NASA / Jet Propulsion Laboratory (JPL) muestran que el 16 de marzo de 2026, 3I/ATLAS pasará a una distancia muy cercana del radio de Hill de Júpiter: unos 53,445 millones de kilómetros, frente a los 53,502 millones estimados para ese radio. Esa diferencia mínima —un 0,1 % en términos relativos— le lleva a calcular una probabilidad de 1 entre 26.000 para que ocurra por azar.

¿Por qué considera que 3I/ATLAS podría ser algo artificial?

Loeb sugiere que esta coincidencia no es casual: el cometa habría experimentado una aceleración no gravitacional cerca del perihelio (su punto más cercano al Sol) que pudo haber ajustado su rumbo deliberadamente. Para él, esa maniobra correspondería a lo que haría una nave interestelar para “aparcar” sondas en los puntos de Lagrange (L1 y L2) de Júpiter, donde no se necesita tanto combustible.

¿Qué dice la comunidad científica sobre esta hipótesis?

No todos los expertos están convencidos. Por ejemplo, el astrónomo Jason Wright ha dicho que, aunque la trayectoria de 3I/ATLAS es inusual, no hay evidencia suficiente para afirmarla como una estructura tecnológica; más aún, considera que sus comportamientos son consistentes con los de un cometa activo normal. Además, la NASA ha descartado señales de tecnología alienígena, afirmando que el objeto se comporta como un cometa pero que merece una investigación detallada.

¿Qué impacto tendría si la hipótesis de Loeb fuese cierta?

Si resultara que 3I/ATLAS no es un cometa, sino una nave tecnológica, sería un descubrimiento paradigmático: indicaría que civilizaciones extraterrestres podrían estar desplegando dispositivos alrededor de planetas gigantes para observarlos, lo cual transformaría nuestra comprensión del cosmos. Loeb también sugiere que esas sondas podrían ser detectadas por misiones como Juno, explorando sus puntos de Lagrange o su entorno gravitacional.

       

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