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Daniel del Valle: “Tus orígenes te condicionan, pero no te condenan”

“Tus orígenes te condicionan, pero no te condenan”: El mensaje de liderazgo y actitud del diplomático a la juventud ecuatoriana.

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Daniel del Valle.

Daniel del Valle, el embajador más joven ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), culminó su visita a Ecuador con un encuentro en las instalaciones de Metro Ecuador.

Su presencia generó interés por el potente mensaje de motivación que dirige a los jóvenes de la región, instándolos a participar en la política y a transformar sus orígenes en una ventaja. Con una perspectiva fresca y crítica, Del Valle ofreció una mirada sin filtros a la realidad del sistema multilateral y la urgencia de la inclusión juvenil.

El diplomático representa un cambio generacional en las altas esferas globales. Tras años de asesorar en temas de juventud a embajadores, se consolidó como el primer embajador del Organismo Internacional de Juventud (OIJ) ante la ONU, obteniendo un asiento permanente en la Asamblea General. Este estatus le permite abogar por los jóvenes al más alto nivel.

La lucha contra la “burocracia”

Al abordar cómo un diplomático joven puede aportar a un organismo tan tradicional como la ONU, Daniel del Valle enfatizó que su rol no se trata de su identidad personal, sino de la institución que representa. El estatus del OIJ garantiza que su voz sea escuchada con el mismo peso protocolario que una nación.


“Ahí ya no soy Daniel del Valle, ahí soy el Organismo Internacional de Juventud”, afirmó, explicando que sus propuestas “reciben el mismo respeto que lo recibe un país”.

Sin embargo, el diplomático se mostró crítico con la lentitud institucional. Del Valle se define como un hombre de acción rápida: “Yo soy un tipo de poca burocracia. De hecho, si yo pudiera crear hoy [una campaña pública], la llamaría ‘cero burocracia’”.

Lamentó la complejidad de lograr acuerdos entre 193 países con ideologías diversas, lo que ralentiza cualquier iniciativa. Aunque reconoce que la ONU cumple su finalidad positiva en la sociedad, subraya un defecto estructural: “La lentitud de los procesos es horrorosa. Eso ya no depende de nadie, eso depende del propio sistema”.

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Daniel del Valle. Foto: Ana Fierro

La visión juvenil, innovación y los retos del trabajo

Al reflexionar sobre la percepción actual de la juventud, a menudo catalogada como “despistada” o demasiado enfocada en el entretenimiento digital, el embajador defendió la capacidad de la nueva generación para incidir en la toma de decisiones, especialmente en temas de política y trabajo.

Para Del Valle, el joven trae consigo una ventaja innegable: la familiaridad con el cambio tecnológico.

“Yo creo que el joven trae buenas ideas y sobre todo, acerca a la mesa la innovación. Nosotros hemos crecido en una era tecnológica, donde ya el teléfono es algo básico, donde la inteligencia artificial forma parte de nuestro día a día, y no hemos tenido que aprender a utilizarla, simplemente hemos crecido con ella”.

El diplomático insistió en que esta competencia innata en tecnología no debe desplazar a la experiencia, sino complementarla. Su lema es la unión: “No digo que el joven deba desplazar a la persona más senior o a la persona más adulta. Creo que es justamente encontrar el balance intergeneracional para lograr juntos hacer tiempos mejores”.

Además, abordó los desafíos del empleo y el emprendimiento en países de economías emergentes.

Tras compartir su experiencia de tener que buscar sponsors para financiar su estancia inicial en Nueva York, ofreció una lección crucial sobre la iniciativa en la búsqueda de oportunidades:

“Hay que pedir y hay que preguntar, y no hay que tener vergüenza. La vida es una, y si tú no vas para adelante, nadie te va a empujar”.

El ‘todoterreno’ de la política y el poder del origen

En un país de profunda diversidad como Ecuador, Del Valle considera que el político y el servidor público deben ser “un todoterreno”, capaz de adaptarse a todos los sectores y comunidades. Para motivar a más jóvenes a hacer política menos técnica y más accesible, enfatizó que el lenguaje debe ser cercano.

“Un presidente no puede hablarte con un lenguaje ultra técnico.El político a fin de cuentas, ¿qué representa? El pueblo, su gente", dice.

A los jóvenes, instó a convertir sus circunstancias en una fuerza. El diplomático, hijo de un conductor de camión y una jardinera, utiliza su origen humilde como ejemplo de que la adversidad no es un límite. Citó un lema que ha adoptado en su vida, que resume perfectamente su trayectoria:

“Tus orígenes te condicionan, pero no te condenan”.

Finalmente, Daniel del Valle ofreció el que considera el mejor consejo para cualquier joven soñador, especialmente en países con falta de empleo o pobreza: la autoconfianza.

“Que tengan autoconfianza. [...] Y que necesariamente encuentren su propósito profesional de vida. Sumado a tener autoconfianza, y una vez conoces tu meta y sabes de tu potencial, disparar y llegar a la meta”.

Su visión es que los jóvenes deben tomar el control de su narrativa. En lugar de ver el origen como una excusa para perder la suerte, deben usarlo como bandera.

“Que cada uno utilice su situación para abanderar su causa. El que es indígena, que diga: ‘Como soy indígena, voy a ser presidente del Ecuador’. Esa tiene que ser la actitud. Y con ese positivismo y con esa visión, el éxito está no solo asegurado, sino garantizado”, concluyó.

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