La fuga de Rolando Federico Gómez Quinde, conocido como alias ‘Fede’ y líder de la banda criminal Los Águilas, continúa revelando profundas grietas dentro del sistema penitenciario ecuatoriano.
Su escape del 20 de junio de 2025 desde la Penitenciaría del Litoral —la cárcel más grande— no solo fue exitoso, sino que, según su propio testimonio, contó con la colaboración directa de miembros de las Fuerzas Armadas.
Estas revelaciones forman parte del expediente de la Fiscalía General del Estado (FGE), que investiga la estructura que permitió la salida del recluso bajo amenazas, engaños y un elaborado plan interno.

Testimonio de alias ‘Fede’: “Me obligaron a escapar”
Tras ser recapturado en Medellín- Colombia en octubre de 2025, alias ‘Fede’ rindió su versión ante la Fiscalía.
Allí afirmó que su fuga no fue un acto voluntario, sino una operación coordinada por militares que lo habrían presionado para salir del penal.
Según su relato, los uniformados le advirtieron durante meses que su vida corría peligro y que debía “salir como pinte”, una expresión que se referiría a una fuga forzada para evitar su asesinato.
Una semana antes participó también en la reconstrucción de los hechos.
En ambas diligencias, el cabecilla detalló que dos militares lo esperaban en el policlínico del penal, donde le entregaron un uniforme de la Armada, casco, chaleco antibalas y gafas oscuras.
Luego lo guiaron hasta un vehículo que lo dejó en la vía a Daule.
El contexto se volvió aún más macabro cuando relató que, el día previo a su fuga, un interno había sido sacado del pabellón usando su identidad.
Horas después apareció asesinado por ahorcamiento, lo que interpretó como una amenaza directa si no cooperaba.
Así se ejecutó la fuga: cámaras, escoltas y cero controles
El 20 de junio, Fede ingresó al policlínico del penal utilizando la identidad del reo Luis S. A las 09:53, las cámaras registraron su presencia junto con cuatro internos identificados por Inteligencia como su escolta.
A las 10:47 salió transformado: vestido con un uniforme militar camuflado, portando casco y chaleco con la leyenda “Armada”.
Su salida por los filtros de control fue fluida y sin una sola requisición. Todo esto quedó grabado en videos internos, una gasolinera cercana y cámaras externas.
Luego abordó una camioneta blanca, escoltado por militares que se identificaron como agentes de Inteligencia.
El vehículo abandonó sin obstáculos el complejo penitenciario.
Por esta operación están procesados 19 militares, tres guías penitenciarios del SNAI y el propio alias ‘Fede’.
La Fiscalía prepara el juicio: videos, secuencias y testimonios clave
La audiencia preparatoria de juicio está fijada para el 26 de noviembre de 2025. La Fiscalía presentará:
- Videos completos de la fuga
- Fotografías secuenciales del recorrido interno
- El informe de reconstrucción de hechos
- Testimonios de implicados y procesados
- La declaración del reo Luis S., cuya identidad fue utilizada por el cabecilla
Luis S. también implicó a oficiales y un marino que vendían teléfonos, armas blancas y otros artículos prohibidos a cambio de depósitos bancarios.
Pagos, cuentas pendientes y contradicciones internas
Fuentes de Inteligencia detallaron que en el pabellón 12, controlado por Los Águilas, se cobraban 15 dólares mensuales por recluso por alimentación, generando ingresos superiores a 18.000 dólares mensuales.
Alias ‘Fede’ afirmó que mantenía una “cuenta” de 1.200 dólares con militares por mercancía ingresada al penal, pero negó haber pagado por su fuga.
“Fui obligado”, insistió, contradiciendo la versión inicial del ministro del Interior, quien afirmó que el escape se logró con una alta suma de dinero.
¿Se llamará a juicio? El juez decidirá
Con todas las evidencias reunidas, el juez de Garantías Penitenciarias deberá decidir si llama a juicio a los 19 militares, los guías penitenciarios y los internos involucrados en una de las fugas más escandalosas registradas en la historia penitenciaria del Ecuador.
La versión de alias ‘Fede’, los videos, los controles evadidos y la presunta implicación militar podrían transformar este caso en un punto de inflexión en el debate sobre corrupción, crimen organizado y colusión institucional.

