El ciudadano estadounidense John Poulos, condenado a 42 años y ocho meses de prisión por el feminicidio de la DJ colombiana Valentina Trespalacios, fue trasladado a la Cárcel y Penitenciaría con Alta y Media Seguridad de Valledupar (Cpams), conocida como La Tramacúa, uno de los penales más estrictos y temidos del país. Su llegada no ha pasado desapercibida y ya genera polémica entre autoridades, guardianes y reclusos.
Traslado desde Bogotá y primeros días bajo observación
Poulos arribó al centro penitenciario el 15 de noviembre de 2025, procedente de la cárcel La Picota. Según confirmó el Inpec a medios regionales, el condenado aún no tiene celda asignada, por lo que permanece temporalmente en la Unidad de Sanidad, mientras se decide a qué pabellón será enviado.


Sin embargo, su comportamiento ha generado alertas desde el primer momento. Fuentes internas consultadas por medios de la costa Caribe describieron su actitud como “inapropiada”, y en algunos reportes incluso se calificó de “insoportable”, debido a discusiones constantes con guardianes e, incluso, con otros reclusos.
Quejas, reclamos y solicitud de retorno a Bogotá
Apenas llegó a Valledupar, Poulos habría solicitado comunicarse con su abogado y con la Embajada de Estados Unidos, asegurando que desconocía los motivos del traslado. También pidió regresar a Bogotá, argumentando que no podría adaptarse a las condiciones del penal, reconocido por sus temperaturas extremas que alcanzan los 45 grados centígrados.

Entre sus argumentos para evitar la permanencia en La Tramacúa mencionó:
- Barreras del idioma, pues no habla español.
- Alergia a insectos, especialmente a las abejas.
- Condiciones climáticas severas que, según él, afectarían su salud.
En redes sociales, muchos usuarios reaccionaron con ironía ante sus quejas:“Lo que te espera son 45 grados. Celda con vista al infierno”, escribió uno.Otro añadió: “El calor de febrero lo aquieta”.
El feminicidio que conmocionó al país
El caso Poulos estremeció a Colombia. Durante el juicio, las autoridades demostraron que asesinó a Valentina Trespalacios en un apartamento del norte de Bogotá. Después, ocultó el cuerpo en una maleta azul y lo dejó en un contenedor de basura en la localidad de Fontibón.
El estadounidense fue capturado en Panamá cuando intentaba viajar hacia Estambul. Tras su extradición, fue recluido en La Picota, donde también protagonizó episodios conflictivos.
En La Picota también fue problemático: acusaciones de racismo y agresiones
Antes de su traslado al Cesar, Poulos ya tenía un historial complejo dentro de la cárcel bogotana. Varios internos lo acusaron de racismo, además de mantener un comportamiento conflictivo que derivó en enfrentamientos físicos.
En una fotografía difundida en redes, se observan hematomas y golpes en su rostro, resultado de una agresión dentro del penal. Según el Inpec, el incidente ocurrió tras una discusión en la que Poulos lanzó insultos en inglés.
Pero otros medios señalaron otra versión: que el ataque estaría relacionado con deudas internas o presiones de líderes de pabellón, quienes habrían ordenado golpearlo para forzar el pago de “favores”.
Rutina estricta en prisión
En La Picota, el estadounidense estaba sometido a horarios rígidos:
- Levantarse a las 6:00 a.m.
- Acostarse a las 8:00 p.m.
- Solo dos horas de luz solar al día
- Una cama pequeña donde “apenas cabía”, según reportes internos.
Tras el incidente, el Inpec anunció una investigación disciplinaria para esclarecer responsabilidades.
Un futuro tenso dentro de La Tramacúa
Ahora en Valledupar, Poulos continúa en observación en Sanidad mientras se evalúa su conducta. La Tramacúa es una de las cárceles más temidas del país por:
- Sus altas temperaturas
- Su régimen estricto
- El perfil de los reclusos: homicidas, violadores y criminales de alto riesgo
Todo apunta a que su adaptación será compleja y estará marcada por el escrutinio público, la vigilancia extrema y los antecedentes de indisciplina que ya arrastra desde Bogotá.

