El suboficial Roger Quispe, de la Policía Nacional del Perú, sufrió una caída de casi cuatro metros mientras limpiaba las ventanas de la comisaría de Pamplona II, en San Juan de Miraflores. Su familia denuncia que la orden que recibió era totalmente ajena a sus funciones y que, además, violaba el reglamento policial.
Hoy, el joven agente vive con secuelas irreversibles y espera atención médica especializada.
Lo que sucedió y provocó las graves lesiones del suboficial
En esa mañana llego para cumplir su rutina habitual de trabajo. Sin embargo, fue asignado a realizar labores de limpieza ese día, el suboficial subió al tragaluz de la dependencia para limpiar unas ventanas sin contar con ningún tipo de equipo de protección ni capacitación para ese tipo de labores.
En ese momento perdió el equilibrio y cayó hacia el sótano de la comisaría, desde una altura aproximada de cuatro metros. El impacto le provocó un traumatismo craneoencefálico severo.
Según los documentos y testimonios recopilados, la orden habría sido emitida por la capitán Lisset Quispe. De acuerdo con la normativa vigente, este tipo de tareas no pueden ser asignadas a los suboficiales del cuerpo policial.
Para salvarle la vida, los médicos tuvieron que extirparle parte del cerebro. Aunque logró sobrevivir, las secuelas son permanentes. Su familia exige que el caso no quede en la impunidad y reclama que se garantice la atención especializada que el suboficial necesita con urgencia.