Tras su fulminante victoria por nocaut en el primer asalto ante Sean Brady en el Madison Square Garden, el invicto ecuatoriano Michael Morales envió un provocador mensaje directamente a Islam Makhachev: “Dos, tres años en Tijuana y aprenderás a noquear, Islam”, dijo, desafiando la supuesta falta de poder de nocaut del campeón. Morales, con un récord perfecto, dejó claro que su confianza va más allá de sus manos: su experiencia en Tijuana le ha forjado como golpeador temible.
¿Por qué Morales reta a Makhachev tras su triunfo?
La declaración de Morales es un golpe verbal con estrategia: el tricolor demuestra que no solo quiere una oportunidad por el título, sino que además subestima la capacidad de Makhachev para terminar peleas por KO. Aun cuando el ruso domina con su grappling, Morales asegura que su experiencia en el striking —reforzada por su formación en la escuela de Tijuana— lo convierte en un contendiente distinto.
¿Qué estadísticas refuerzan el argumento de Morales?
En su carrera, Morales ha demostrado su letalidad: de sus seis victorias recientes en la UFC, cuatro han sido por nocaut, tres de ellas en el primer asalto. En contraste, Makhachev, a pesar de sus 16 victorias consecutivas, ha logrado solo 3 TKOs/KOs, lo que para Morales evidencia una “falla” clave en el repertorio ofensivo del campeón.
¿Qué implica este reto para el futuro del wélter?
Este mensaje de Morales no es casualidad: busca llamar la atención de la cúpula de la UFC y forzar una pelea por el título. En sus propias palabras, siempre ha tenido el objetivo de subir al peso medio (185 libras), pero primero quiere demostrar que puede noquear como máximo exponente del wélter.

