La Agencia Metropolitana de Control (AMC) impuso una de las sanciones más altas registradas en Quito por maltrato animal: USD 11.593.
La multa recayó sobre un ciudadano del sector San Isidro de El Inca, en el norte de la capital, tras confirmarse que mantenía en pésimas condiciones a cinco perros y que incluso los golpeaba de manera habitual.
El hecho se hizo público luego de que en redes sociales circulara un video donde se observaba a dos adultos mayores agrediendo a los animales con un palo.
Las imágenes generaron indignación entre los vecinos, quienes reportaron la situación a las autoridades a inicios de mayo de 2025.
Un equipo de la Unidad de Bienestar Animal (UBA) acudió al domicilio y verificó un escenario de abandono: los perros permanecían en una terraza sin techo, sin una fuente estable de agua o comida y sin atención veterinaria.
La única hembra estaba encadenada y en celo, situación que provocaba peleas constantes entre los machos.
El tutor intentó justificar la agresión asegurando que se trataba de un “método para corregir” el comportamiento, argumento que fue descartado por los técnicos ante la evidencia de golpes, lesiones y signos de estrés en los animales.
Multa histórica por cinco infracciones
La AMC determinó que el tutor cometió cinco infracciones contempladas en la Ordenanza Metropolitana 095-2025, acumulando un monto que supera los once mil dólares.
- Infracción leve: incumplir con el esquema de vacunas y desparasitación (USD 141).
- Dos infracciones graves: no brindar atención veterinaria y no esterilizar (USD 940).
- Dos infracciones muy graves: mantener a los animales encadenados y causarles sufrimiento físico (USD 9.400).
El total ascendió a USD 11.593, convirtiéndose en una de las sanciones más severas aplicadas en la ciudad por casos de maltrato.
Rescate y destino de los perros
Tras la intervención, la UBA trasladó a los cinco perros a sus centros de acogida. Allí recibieron atención médica, alimentación adecuada y acompañamiento conductual. Sin embargo, dos de ellos no lograron sobrevivir debido al extremo deterioro en el que fueron encontrados.
Los tres restantes se recuperaron y fueron entregados en adopción. Solange y Bolívar, ahora llamados Zoé y Simón, fueron adoptados juntos, mientras que Bender fue recibido por una familia con otros perros, donde continúa su rehabilitación.
Autoridades impulsan educación y tenencia responsable
Karina Pisco, directora de la UBA, reiteró que la violencia jamás es una herramienta válida de educación animal. Señaló que mantener mascotas en terrazas, sin cuidados básicos ni atención médica, constituye un acto de crueldad. “El refuerzo positivo y la empatía deben ser la base del trato hacia cualquier animal”, enfatizó.
Las autoridades recordaron que las sanciones por maltrato pueden superar los USD 9.000, y en casos graves derivar en procesos penales por crueldad animal establecidos en el Código Integral Penal.

