En Agde, al sur de Francia, un tribunal ha impuesto una insólita orden de alejamiento a un gato naranja acusado de causar molestias en su vecindario.La medida incluye una sanción económica y la prohibición de que el animal se acerque a la propiedad del vecino denunciante.
La dueña del felino, llamado Rémi, deberá asumir todas las multas y responsabilidades impuestas por el tribunal. El caso, que ha generado sorpresa y comentarios en redes sociales, fue reabierto recientemente, y se espera una nueva audiencia en diciembre. En esa instancia, las sanciones económicas podrían mantenerse o incluso agravarse, dependiendo del fallo judicial.
¿Qué hizo el gato para ganarse la denuncia del vecino?

Las denuncias contra el felino detallan una serie de travesuras que habrían exasperado al vecino: desde dejar huellas en el pavimento recién colocado hasta orinar sobre un edredón y ensuciar el jardín ajeno. La acumulación de reclamos terminó por trasladar el conflicto del patio a los tribunales, generando gran repercusión en redes sociales.
Cada vez que Rémi cruce los límites, esto es lo que su dueña deberá pagar

El fallo inicial impuso a la propietaria una sanción de 1.250 euros por daños y costos legales, además de 30 euros por cada ocasión en que el gato vuelva a ingresar a la parcela del denunciante. Aunque la decisión fue dictada a comienzos de 2025, el caso se reactivó tras nuevas denuncias por presuntas reincidencias y tendrá una nueva audiencia en diciembre.
La reapertura del expediente contempla la posibilidad de multas adicionales de hasta 2.000 euros y un aumento de la sanción a 150 euros por cada nueva incursión del felino, en caso de que el tribunal confirme la reiteración de las faltas.
La dueña, Dominique Valdez, calificó el veredicto como “un golpe difícil de asimilar” y aseguró haber optado por una especie de “arresto domiciliario” para su mascota, manteniéndola dentro de casa por temor a que vuelva a saltar la valla. Sin embargo, reconoció que esta medida ha tenido efectos en el comportamiento del gato: Rémi habría ganado peso y mostrado conductas más agresivas, consecuencia según su dueña del encierro forzado.

