La tranquilidad del condado de Johnston, en Carolina del Norte, Estados Unidos, se vio interrumpida por uno de los crímenes más estremecedores en su historia reciente. Wellington Delano Dickens III, de 38 años, fue arrestado luego de llamar al 911 para confesar que había asesinado a sus propios hijos.
Según el reporte la prensa local, los agentes acudieron la noche del martes a la vivienda del acusado, ubicada en la localidad de Zebulon, a unos 30 kilómetros de Raleigh. Al llegar, Dickens los recibió con frialdad y señaló que los cuerpos de los menores se encontraban en el maletero de un automóvil estacionado en su garaje.
En el interior del vehículo, un Honda de dos puertas, los oficiales hallaron los restos de cuatro niños, que, de acuerdo con las primeras investigaciones, habrían muerto varios meses atrás. Las víctimas fueron identificadas como Leah Dickens (6 años), Zoe Dickens (9), Wellington Dickens (10) y Sean Brassfield (18), este último hijastro del acusado.
Durante la inspección, los investigadores encontraron con vida a otro niño de tres años, quien fue rescatado y puesto bajo custodia de los servicios de protección infantil.
Los cuerpos permanecieron ocultos desde mayo
De acuerdo con documentos judiciales obtenidos por medios locales, los cuerpos podrían haber permanecido ocultos desde el 1 de mayo de 2025.Dickens fue acusado de cuatro cargos de asesinato en primer grado y permanece detenido sin derecho a fianza en el Centro de Detención del Condado de Johnston. En su primera comparecencia judicial, el hombre escuchó los cargos en su contra y podría enfrentar cadena perpetua sin libertad condicional o incluso la pena de muerte.
Tragedias familiares y deterioro emocional
Los investigadores también revelaron que el acusado había sufrido una serie de pérdidas familiares recientes. Su esposa, Stephanie Rae Jones Dickens, falleció repentinamente en abril de 2024, dejando huérfanos a cinco hijos. Un año antes, su padre murió en un accidente de tránsito, lo que, según allegados, pudo haber agravado su estado emocional.
El tío abuelo del acusado, Charles Moore, declaró al canal WRAL-TV que Dickens era un veterano de la guerra de Irak que había tenido dificultades para readaptarse a la vida civil. “Uno escucha historias así, pero nunca piensa que algo tan terrible puede ocurrir en su propia familia”, expresó visiblemente afectado.
Los vecinos: “Era una casa silenciosa”
Vecinos del sector describieron a Dickens como un hombre reservado. Debra Riley, quien vive frente a la vivienda, dijo sentirse devastada: “No puedo dejar de pensar en esos niños, especialmente en el más pequeño, que ahora se quedó completamente solo”.
Otra residente, Fran Majkowski, recordó que la familia se había mudado al vecindario hace pocos años. “Nunca los vi jugar afuera. Tras la muerte de su esposa, él se volvió más aislado. Es una pesadilla para todos”, comentó.
Las autoridades mantienen la investigación abierta para determinar las causas exactas de las muertes y el estado mental del acusado.

