Cuenca no solo se admira, también se saborea. Su cocina, tan diversa como su gente, combina la calidez del hogar con el sabor de la tradición. Platos como el mote pillo, el locro de papas, el cuy con papas, las papas con cuero o el sancocho son verdaderos símbolos de identidad cuencana.
Aromas y hospitalidad en cada rincón
Desde los mercados hasta los restaurantes ubicados en el Centro Histórico, los aromas cuencanos evocan recuerdos y celebran la herencia andina y mestiza.
Al ingresar a las áreas de comida, visitantes locales o extranjeros son recibidos con cariño: “¡Venga, mi guapo!”, “¡Venga, mi corazón!”. La gastronomía se convierte así en un abrazo de sabor y tradición.

Reconocimiento que refleja orgullo
No es casualidad que Cuenca haya sido reconocida por la World Food Travel Association como una Capital Culinaria Mundial. Aquí, cocinar es una forma de amar la tierra y preservar raíces que se celebran en cada fiesta y en cada plato.
Celebrar Cuenca, bocado a bocado
Durante las Fiestas de Cuenca, probar su gastronomía es más que un deleite: es rendir homenaje a la ciudad, su gente y su historia. Cada bocado refleja la identidad de la Atenas del Ecuador y convierte la tradición en un recuerdo imborrable.
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