Han pasado más de dos meses desde que Javier Sánchez Cobar, un ciudadano de Alangasí, en el Valle de Los Chillos, fue víctima de un disparo en la cabeza efectuado por un cabo activo de la Policía Nacional. Pese a la gravedad del hecho, su familia asegura que no existen avances relevantes en la investigación y que el uniformado continúa en funciones con su arma de dotación.
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El abogado Fernando Castillo Brito, representante de la familia Sánchez, cuestionó la falta de celeridad en el proceso penal y denunció presuntas irregularidades en el manejo del caso.
“Desde el 14 de agosto hasta hoy no ha habido avances significativos en la investigación, a pesar de los elementos contundentes que demuestran la responsabilidad del denunciado. La Fiscalía de Rumiñahui no ha actuado con la diligencia que el caso amerita”, señaló.
La defensa confirmó que este 18 de octubre la familia realizó un plantón frente a la Fiscalía, exigiendo respuestas.
“Se ha presentado una queja formal contra los funcionarios responsables. Lo preocupante es que el policía denunciado continúa en funciones dentro de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) y presuntamente con su arma de dotación. Es indignante”, añadió Castillo.
“Dios me dio una nueva oportunidad de vida”
Por su parte, la víctima, Ricardo Javier Sánchez, de 35 años, continúa en recuperación luego de haber recibido un disparo a quemarropa en la cabeza la madrugada del 14 de agosto.
“Estoy vivo de milagro. Todavía no escucho bien del oído izquierdo y sigo con dolores de cabeza y mareos. El 20 de este mes tengo mi segunda cirugía, pero tuve que salir así, sin estar recuperado, a pedir justicia”, expresó.
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Sánchez relató que no ha podido retomar sus actividades laborales desde el incidente y que enfrenta dificultades económicas para sostener a su familia.

“Llevo dos meses sin poder trabajar. Tengo hijos, gastos escolares, y nada avanza. La Fiscalía no ha hecho nada; este señor policía sigue trabajando como si nada hubiera pasado”, reclamó.
El hecho ocurrió cuando el cabo, uniformado y armado, irrumpió violentamente en la vivienda de Sánchez, donde se encontraba su pareja sentimental. En medio de una confrontación, el uniformado disparó a la cabeza del ciudadano a menos de 50 centímetros de distancia, según el informe legal presentado por la defensa.
Sin suspensión y con investigación lenta
El abogado Castillo subraya que la falta de medidas inmediatas contra el uniformado genera revictimización.
“La familia vive con miedo y con indignación. Es inconcebible que un policía acusado de tentativa de asesinato siga protegido por el uniforme”, señaló.
Metro Ecuador consultó sobre el caso a la Dirección de Asuntos Internos de la Policía Nacional, que confirmó que el hecho está bajo investigación, sin ofrecer mayores detalles. Asimismo, se conoció que el expediente fue trasladado a la Fiscalía de Derechos Humanos, instancia que asumirá la investigación por la gravedad del caso y por involucrar a un agente estatal.
La familia Sánchez insiste en que el proceso se lleve con transparencia, independencia y celeridad, para que el ataque no quede en la impunidad.
“No pedimos privilegios, solo justicia. Si yo no hubiera resbalado, hoy estaría muerto”, concluyó Javier.