La masacre de una familia quiteña, cuyos cuerpos fueron hallados en la parroquia rural Patricia Pilar, cantón Buena Fe, continúa bajo intensa investigación por parte de la Policía Nacional.
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Ocho personas (cuatro hombres y cuatro mujeres) fueron encontradas el 13 de octubre maniatadas y con impactos de bala, en lo que ya se perfila como uno de los crímenes más violentos del año.
Nuevas pistas: dos autos incinerados
Un día después del hallazgo, los agentes localizaron dos vehículos totalmente quemados dentro de la hacienda San Pedro, en el kilómetro 29 de la vía a Quevedo, jurisdicción de Santo Domingo de los Tsáchilas.
Según los trabajadores del lugar, los autos ardían desde tempranas horas, y minutos antes habían visto otros dos automotores huyendo en direcciones opuestas: uno hacia Santo Domingo y otro hacia Quevedo.
Los vehículos fueron trasladados a los patios de la Policía Judicial para un análisis pericial, mientras los agentes intentan obtener grabaciones de cámaras de seguridad de la zona, sin resultados positivos hasta el momento.
Hipótesis sobre el crimen
Las autoridades manejan dos hipótesis principales. La primera sostiene que los autos calcinados fueron usados para trasladar a las víctimas luego de ser secuestradas el 11 de octubre.
La segunda apunta a que los vehículos sirvieron para abandonar los cuerpos en el sector rural donde fueron hallados.
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Asimismo, La Policía indicó que el crimen podría estar vinculado a disputas entre grupos delictivos, ya que tres de las víctimas registraban antecedentes por tráfico de drogas.
La investigación continúa bajo reserva, mientras la Policía intenta reconstruir el recorrido de los implicados y determinar los móviles del múltiple asesinato.