Leigh Cobb, de 53 años, quiso rejuvenecer su rostro con un lifting de hilos express en Polonia, un procedimiento que promete resultados rápidos en apenas 15 minutos.
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La intervención costó US$1.600, pero terminó dejándole agujeros en las mejillas, un daño causado por la inexperiencia del cirujano, quien contaba con solo una semana de entrenamiento en este procedimiento.

Tras regresar al Reino Unido, Leigh buscó ayuda para reparar el daño. Un especialista le recomendó una cirugía láser, que tuvo un costo adicional de US$2.671, aunque inicialmente optó por tratamientos menos invasivos como cremas de vitamina E y masajes diarios, logrando mejorar la apariencia de su piel después de varios meses.
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Recuperación y aprendizaje
Leigh decidió que a partir de esa experiencia solo confiaría en cirugías tradicionales y profesionales altamente capacitados.
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“Aprendí que no se puede confiar en procedimientos exprés ni en cirujanos sin experiencia. Los riesgos son graves y pueden dejar marcas permanentes”, afirmó.

La mujer advierte sobre tratamientos exprés como Botox o liftings, que pueden causar daños si se realizan sin la preparación adecuada. Su caso alerta sobre el riesgo de priorizar la rapidez sobre la seguridad.