En Santa Cruz, Galápagos, un tramo de 3,5 kilómetros de nueva carretera está marcando un precedente en la construcción vial del país. La obra utiliza geoceldas de tecnología Neoloy, un sistema innovador que permite estabilizar el suelo y aprovechar materiales locales en lugar de trasladar agregados desde el continente.
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El enfoque no solo reduce costos, sino que también disminuye significativamente la huella de carbono y protege los ecosistemas del archipiélago.
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“No se trata solo de construir caminos, sino de un modelo que combina desarrollo y cuidado ambiental”, dio a conocer la alcaldesa de Santa Cruz, Fanny Uribe.

Menos impacto ambiental y más eficiencia
La construcción de 3,5 km con geoceldas evita el uso de unos 3.000 volquetes de material pétreo, reduciendo la presión sobre las canteras locales. Este proyecto está diseñado para ser replicable.
La segunda fase contempla siete kilómetros más, consolidando un modelo de infraestructura circular que combina planificación científica y conciencia ambiental.

El ingeniero Paolo Carpio, promotor de la obra, asegura que Santa Cruz se convierte en un referente nacional e internacional en vías sostenibles.