Ana Luiza Prestes, de 29 años, atravesó uno de los momentos más difíciles de su vida al ser diagnosticada con un cáncer de cabeza y cuello, un tipo poco frecuente que afecta a 4,5 de cada 100.000 personas.
PUBLICIDAD
¿Cuáles fueron los síntomas?
Todo comenzó con una sensación extraña de adormecimiento en la mitad del paladar. Días después, comenzó a experimentar dolor al consumir líquidos fríos, jugos o alimentos ácidos, y el malestar se extendió al rostro, justo en la zona donde se encontraba el tumor.
Con el paso de los meses, la enfermedad empeoró hasta dificultar su respiración, obligando a Ana Luiza a acudir al médico. Allí le detectaron un tumor de cinco centímetros que bloqueaba la fosa nasal izquierda, un hallazgo que marcó el inicio de su tratamiento.
Tratamiento quirúrgico y radioterapia
Los especialistas recomendaron una cirugía extensa complementada con radioterapia, ya que este tipo de cáncer no responde a la quimioterapia convencional.
La operación duró 13 horas y consistió en la extracción de la mitad del maxilar junto con estructuras cercanas para minimizar el riesgo de que quedaran células cancerígenas.
La reconstrucción inicial se realizó utilizando tejido y hueso del peroné, pero al no recibir suficiente circulación sanguínea, fue necesario realizar una segunda intervención, esta vez usando piel y músculo del muslo. Tras superar ambas cirugías, Ana Luiza completó un ciclo de 30 sesiones de radioterapia.
Un nuevo enfoque de la vida
Al finalizar el tratamiento, el control médico no mostró signos de recaída. La experiencia cambió la manera en que Ana Luiza valora su vida cotidiana. Ahora dedica más tiempo a disfrutar con su hija, sin apegarse estrictamente a reglas rígidas de crianza, y reconoce la importancia de los vínculos familiares y los pequeños momentos diarios.