El Oktoberfest de Múnich reabrió sus puertas a las 17:30 tras permanecer cerrado varias horas por una amenaza de bomba. El alcalde Dieter Reiter confirmó que el festival podía continuar de manera segura.
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Seguridad reforzada
El cierre preventivo se debió a incidentes en Lerchenau: explosiones, disparos y un edificio en llamas, además de una carta vinculando la amenaza al evento. Equipos especializados inspeccionaron el festival con perros detectores de bombas y descartaron riesgos antes de la reapertura.
Fiesta bajo vigilancia
A pesar del temor, las actividades se reanudaron bajo estrictas medidas de seguridad, combinando la tradición del Oktoberfest con la protección de millones de visitantes, recordando la importancia de la vigilancia tras incidentes históricos.
