En México, el homicidio culposo —cuando una persona causa la muerte de otra sin intención directa, pero por imprudencia, negligencia o descuido— está penado tanto a nivel federal como estatal, con sanciones que varían según gravedad y circunstancias.
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Tras el caso de Carlos Gurrola, el trabajador que murió tras ingerir desengrasante en una “broma” durante una jornada laboral, se plantea si los responsables podrían enfrentar cargos por homicidio culposo, y cuál sería la pena bajo los códigos penales aplicables, como el del estado de Coahuila y el federal.

¿Podrían los responsables del caso Gurrola ser acusados de homicidio culposo?
- Si se demuestra que fue una negligencia grave por parte de los compañeros o supervisores —por ejemplo, colocar un desengrasante en la bebida de Gurrola como “broma”— los fiscales podrían imputar homicidio culposo, pues la muerte fue consecuencia de una acción u omisión sin intención de matar, pero con resultados fatales.
- Las sanciones dependerán de los factores: si había conocimiento del riesgo, si la empresa tenía protocolos de seguridad, si existió acoso laboral previo, entre otros. En Coahuila, ese tipo de muerte culposa puede implicar prisión, multa, e inhabilitación para ejercer determinados trabajos, dependiendo de la magnitud del daño.
Conclusión
El caso de Carlos Gurrola podría dar pie a una acusación de homicidio culposo, si se comprueba negligencia. Aunque las penas por este delito en México suelen ser inferiores a las de homicidio doloso, la gravedad del acto, la irresponsabilidad involucrada y la posibilidad de daño letal agravan la sanción.
En Coahuila, los responsables podrían enfrentar hasta 7 años de cárcel, multas y otras sanciones estatales si se comprueba su participación directa o indirecta. Este caso no solo tiene repercusiones legales, sino también éticas y laborales en cuanto a trato digno y seguridad en el trabajo.