La eliminación del subsidio al diésel en Ecuador provocó el aumento inmediato en su valor, que pasó de USD 1,80 a USD 2,80 por galón.
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La medida, anunciada como parte de un plan de ajuste fiscal, desató una ola de rechazo entre varios sectores económicos, especialmente en el transporte público y el transporte de carga pesada, que reaccionaron con cierres de carreteras y protestas en distintas provincias del país.
Sin embargo, hasta antes de la reforma, Ecuador tenía uno de los precio más bajo de América Latina. Esto, por el esquema de subsidios que estuvo vigente por décadas.
El beneficio era esencial para sectores del transporte, agricultura, pesca y construcción, aunque también se dio paso al contrabando.
Comparación con precios de la región
Aunque el incremento en Ecuador ha causado preocupación, el nuevo precio de USD 2,80 por galón aún es menor al registrado en otros países de la región, según información del Ministerio de Transporte. Según datos recientes:
- En Uruguay, el diésel alcanza los USD 5,60 por galón, siendo uno de los más caros de América Latina.
- En Argentina, el costo llega a USD 4,16 por galón, influenciado por la inflación y los altos gastos de importación.
- En Estados Unidos, el promedio nacional se sitúa en USD 3,77 por galón.
- Solo Bolivia mantiene un valor más bajo que Ecuador, con USD 2,00 por galón, gracias a fuertes subsidios estatales aún vigentes.
Ahorro fiscal y destino de los recursos
El presidente Daniel Noboa defendió la decisión, asegurando que se trata de una medida necesaria para sanear las cuentas públicas y reducir el déficit fiscal.
De acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas, la eliminación del subsidio al diésel permitirá un ahorro anual cercano a USD 1.100 millones.
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El Ejecutivo señaló que esos recursos se destinarán a programas específicos, entre ellos:
- Devolución del IVA a sectores estratégicos como agricultura, pesca y construcción, para mitigar el impacto del alza en los costos.
- Compensaciones directas a transportistas de carga pesada, quienes se verán más afectados por la medida.
- Subsidios focalizados al sector productivo, con el objetivo de preservar la competitividad frente al nuevo esquema de precios.
Reacciones sociales y tensiones políticas
A pesar de las explicaciones oficiales, la reacción social ha sido inmediata. Gremios de transportistas, sindicatos y organizaciones sociales catalogaron la decisión como abrupta e injusta, especialmente en un contexto marcado por la inflación y el bajo poder adquisitivo.

Las protestas se han traducido en bloqueos viales, marchas y advertencias de paros nacionales.
El Gobierno, por su parte, insiste en que el subsidio era insostenible y asegura que está dispuesto al diálogo, pero sin retroceder en la medida.