Choi Mal-ja, mujer surcoreana de 79 años, fue absuelta el 10 de septiembre de 2025 por el Tribunal de Distrito de Busan tras pasar más de seis décadas con una condena por causar lesiones graves luego de defenderse de un intento de violación a los 18 años.
En 1964, fue atacada sexualmente en Gimhae, mordió parte de la lengua del agresor para escapar, pero la justicia de entonces la encontró culpable. Ahora, se reconoce legalmente su acción como defensa justificada, tras años de lucha impulsada por el movimiento #MeToo, y los fiscales ofrecieron disculpas públicas.
¿Qué historias marcan el caso de Choi Mal-ja?
- En 1964, con 18 años, Choi fue atacada por un hombre de 21 que intentó forzarla sexualmente: la sujetó, le introdujo la lengua en la boca, le tapó la nariz para impedir que respirara. Para liberarse, mordió y arrancó aproximadamente 1.5 centímetros de su lengua.
- En 1965 fue juzgada y condenada por “lesiones corporales agravadas” (aggravated bodily harm), recibiendo 10 meses de prisión, aunque la pena fue suspendida por dos años. Mientras tanto, el agresor fue condenado por cargos menores: allanamiento e intimidación; los cargos de intento de violación fueron suspendidos por la fiscalía.
- A lo largo de estas décadas, Choi vivió marcada por ese estigma. No solo por el castigo legal, sino por lo que representaba en la sociedad: una víctima convertida en “culpable” ante el ojo de la ley.
¿Cómo logró la absolución y qué implicaciones tiene?
- Motivada por el movimiento #MeToo y por cursos de estudios de género que tomó como estudiante mayor de edad, Choi solicitó su re-juicio en 2020. Inicialmente fue rechazada por tribunales inferiores, que alegaban que el veredicto original era reflejo de las normas de la época.
- En diciembre de 2024, la Corte Suprema de Corea del Sur permitió reabrir el caso, dando lugar a un nuevo juicio. El 23 de julio de 2025, los fiscales pidieron al tribunal que anule la condena, admitiendo los errores del sistema de justicia.
- Finalmente, el 10 de septiembre de 2025, el Tribunal de Distrito de Busan dictó la absolución, declarando que sus acciones constituían una defensa legítima bajo la ley surcoreana. Choi expresó que, tras 61 años “viviendo como criminal”, hoy la justicia reconocía su inocencia