Una farmacia ubicada en los alrededores del Hospital Militar, en el norte de Quito, fue clausurada por la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), tras detectarse la comercialización de más de 4.700 medicamentos con irregularidades.
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Durante la inspección –realizada en el marco de los controles acordados en el Consejo Nacional de Salud– los técnicos de Arcsa encontraron anticonceptivos, antibióticos, antiinflamatorios, antihistamínicos y medicamentos para la presión arterial, muchos de ellos en condiciones que representaban riesgo sanitario:
- Envases con la leyenda “muestra médica – prohibida su venta" parcialmente borrada.
- Muestras médicas mezcladas con productos destinados a la venta.
- Medicamentos con presunta adulteración en etiquetas y precios manipulados.
Este tipo de prácticas pone en grave riesgo la salud pública, ya que los medicamentos adulterados o de procedencia dudosa pueden generar efectos adversos o fallas terapéuticas en los pacientes.
Ante ello, Arcsa hizo un llamado a la ciudadanía a revisar con atención los productos farmacéuticos que adquiere: deben estar en buen estado, sin manchas, alteraciones o etiquetas sospechosas. Además, pidió reportar cualquier anomalía a través de la app Arcsa Móvil.
La entidad sanitaria reiteró su compromiso con el control riguroso de medicamentos a nivel nacional, especialmente en las zonas de influencia de hospitales, donde la circulación de fármacos ilegales representa un riesgo adicional para pacientes vulnerables.