El mundo del cine despide a Terence Stamp, el reconocido actor británico que falleció este domingo a los 87 años, según confirmó su familia a la agencia Reuters. Recordado por su interpretación del villano General Zod en las películas de Superman junto a Christopher Reeve, Stamp construyó una carrera marcada por papeles memorables y una filmografía que lo convirtió en referente de varias generaciones.
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“Deja tras de sí una obra extraordinaria, tanto como actor como escritor, que seguirá conmoviendo e inspirando a la gente durante años”, expresó su familia en un comunicado, en el que además pidió privacidad en este momento de duelo. No se precisó la causa de su muerte.
De promesa a ícono de los años 60
Nacido en Londres en 1938, Stamp trabajó en distintos oficios hasta conseguir una beca en la Academia de Arte Dramático Webber Douglas. Su salto al cine llegó con Billy Budd (1962), la adaptación de la obra de Herman Melville dirigida por Peter Ustinov. Con apenas 24 años obtuvo una nominación al Oscar y se transformó en uno de los rostros más buscados por grandes directores de la época.
En esa década trabajó con figuras de la talla de William Wyler, Joseph Losey, John Schlesinger, Ken Loach, Federico Fellini y Pier Paolo Pasolini. Incluso llegó a sonar como posible reemplazo de Sean Connery en la franquicia de James Bond.
Resurgimiento en Superman y nuevos papeles
Tras un período de bajo perfil en los años 70, Stamp regresó con fuerza al cine interpretando al temido General Zod en Superman (1978) y Superman II (1980). Décadas más tarde, amplió su legado con papeles en producciones como Star Wars: Episodio I – La amenaza fantasma (1999), donde fue el Canciller Supremo Finis Valorum, o la comedia El superagente 86 (2008).
Su versatilidad lo llevó a interpretar desde un magnate en Wall Street (1987) hasta un exconvicto en Vengar la sangre de Steven Soderbergh. En España, protagonizó Beltenebros (1991) bajo la dirección de Pilar Miró.
Un estatus de culto con Priscila
En 1994, Stamp alcanzó un nuevo nivel de reconocimiento al interpretar a Bernadette, una drag queen trans, en el musical Las aventuras de Priscila, reina del desierto. Su actuación fue aclamada y lo convirtió en un referente de culto para las audiencias de los 90.
Terence Stamp deja un legado de más de seis décadas en la actuación, marcado por su talento, elegancia y capacidad de reinventarse. El cine internacional pierde a una de sus figuras más emblemáticas, pero su obra seguirá viva en cada una de sus interpretaciones.