El Gobierno de Estados Unidos ejecutó una amplia operación para incautar activos atribuidos a Nicolás Maduro, valorados en más de 700 millones de dólares.
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La medida, anunciada por la fiscal general Pamela Bondi, se enmarca en las sanciones que Washington mantiene contra el mandatario venezolano, al que considera ilegítimo desde su reelección en 2018.
Bienes de lujo bajo custodia
Entre los activos confiscados figuran:
- Dos aviones privados,
- Una mansión en República Dominicana,
- Propiedades en Florida,
- Una granja de caballos,
- Nueve vehículos de alta gama,
- Yates,
- Residencias adicionales,
- Joyas y millones de dólares en efectivo.

Según Bondi, estos bienes forman parte de una red de enriquecimiento ilícito sostenida por actividades criminales transnacionales.
“Crimen organizado” con sello chavista
En declaraciones a Fox News, Bondi describió al régimen de Maduro como un “crimen organizado” comparable a la mafia.
La fiscal aseguró que la estructura chavista opera con alianzas internacionales y métodos propios de organizaciones delictivas como el Tren de Aragua, el cártel de Sinaloa y el Cártel de los Soles.
Recompensa récord y acusaciones de narcotráfico
Washington elevó recientemente a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro.
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La DEA lo acusa de narcotráfico a gran escala, vinculándolo al decomiso de 30 toneladas de cocaína, de las cuales siete toneladas tendrían conexión directa con el líder venezolano.
Narcotráfico y crisis de fentanilo
Bondi advirtió que gran parte de la cocaína asociada al régimen venezolano llega a Estados Unidos mezclada con fentanilo, un potente opioide que agrava la crisis de sobredosis en el país.
Este vínculo, señaló, multiplica el riesgo para la salud pública y refuerza la determinación de las autoridades estadounidenses para frenar estas redes.
Persistencia del poder chavista
Pese a las sanciones y la confiscación de bienes, Bondi reconoció que la red criminal vinculada a Maduro sigue activa.
“Su reino del terror continúa”, afirmó, subrayando que el desafío para las agencias de seguridad será desmantelar por completo las operaciones ilícitas que sostienen al régimen.