Santo Domingo fue escenario de una noche de terror el domingo 10 de agosto de 2025, cuando un ataque armado dejó cinco personas muertas, entre ellas dos menores de edad. El hecho ocurrió alrededor de las 23:00 en la cuarta etapa de la urbanización Los Rosales, en la calle Jaime Andrade Marín.
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Las víctimas y el ataque
Según testigos, un grupo de jóvenes se encontraba conversando en la vereda cuando un vehículo con varios sujetos armados se acercó y abrió fuego sin previo aviso. Tres de las víctimas fallecieron en el lugar, mientras que dos fueron trasladadas a una casa de salud; uno de ellos murió horas después.
Las víctimas tienen 14, 17, 20 y 25 años. En la escena, peritos de Criminalística recogieron 22 indicios balísticos calibre 2.23, confirmando el uso de armas largas. Los agresores huyeron rápidamente en dirección a la avenida Abraham Calazacón.
El panfleto con amenazas
Junto a los cuerpos, la Policía Nacional halló un panfleto con mensajes amenazantes, en el que se advertía sobre represalias contra personas vinculadas a actividades de extorsión o que financien a grupos delictivos. El texto, parte del cual se filtró, señalaba:
“Todo aquel que sea o tenga vínculo o financie a estas lacras vacunadores será ejecutado… Queremos una ciudad limpia, sin vacunas, sin muerte de inocentes”.
Aunque ninguno de los fallecidos registraba antecedentes penales, familiares de una de las víctimas revelaron que habían recibido amenazas previas de presuntos miembros de una organización criminal.
Hallazgo del vehículo incinerado
La mañana del lunes 11 de agosto, las autoridades encontraron un vehículo abandonado e incinerado en una zona rural de la vía hacia la parroquia San Jacinto del Búa, en el sector del recinto San Pablo de Chila. La Policía investiga si se trata del mismo automotor utilizado en el ataque.
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El vehículo fue trasladado al canchón de la Policía Judicial, donde se revisará si tenía reporte de robo.
Investigación y reacciones
El personal de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida (Dinased) y de Criminalística realizó el levantamiento de los cuerpos y los trasladó al Centro Forense de Santo Domingo, donde se practicaron las autopsias.