El Gobierno de Argentina ha presentado una denuncia penal contra un grupo de médicos, incluyendo a un ciudadano ecuatoriano, por cometer fraude en el examen de residencia médica. Este examen es un requisito fundamental para que los recién graduados puedan acceder a una especialidad, y la trampa ha generado una fuerte reacción por parte de las autoridades, que prometen mano dura contra los involucrados.
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El vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó la denuncia a través de sus redes sociales, dejando claro el mensaje: “El que las hace, las paga”. La acción legal busca castigar a quienes, con sus actos, ponen en riesgo la vida de los ciudadanos al intentar acceder a cargos médicos de manera ilícita. La investigación se inició tras detectar un “patrón de desempeño anómalo” en los resultados del examen realizado el 1 de julio, con puntajes inusualmente altos, especialmente entre profesionales extranjeros.
Un modus operandi sofisticado: gafas inteligentes y permisos al baño
La denuncia se basa en un método de engaño que, según el ministro de Salud, Mario Lugones, incluía el uso de gafas inteligentes y permisos estratégicos para ir al baño. Los implicados grababan las preguntas del examen con las gafas y, al solicitar ir al baño, recibían las respuestas para luego consignarlas. Este sofisticado esquema permitió a los infractores obtener calificaciones que superaban los 86 puntos, un número muy superior al promedio, lo que levantó las sospechas de las autoridades.
Aunque las fuentes oficiales no revelaron la identidad de los implicados, la prensa local ha confirmado la vinculación de un médico ecuatoriano en este escándalo. Tanto Adorni como el ministro Lugones han sido enfáticos en su postura, asegurando que no permitirán que el sistema de salud sea corrompido por engaños.