El Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada del Ecuador (INOCAR) emitió el Boletín de Tsunami N.º 04, tras el potente sismo de magnitud 8.8 registrado frente a la península de Kamchatka, Rusia. El boletín actualiza el nivel de alerta para Ecuador, con énfasis en la región Insular.
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Evaluación técnica del evento
El sismo ocurrió el 29 de julio de 2025 a las 18:24:50 (hora local), a 136 kilómetros al ESE de Petropavlovsk-Kamchatsky, con una profundidad de 19.2 km, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
“Existe una alta probabilidad de que se genere un tsunami”, advirtió el Centro Nacional de Alerta de Tsunamis.
Galápagos en advertencia: olas de hasta 1.4 metros
Con base en los modelamientos locales del sistema de monitoreo del Pacífico, se mantiene el estado de advertencia para la región insular, previéndose el arribo de una ola con altura estimada de 1.4 metros (considerando el nivel de marea) alrededor de las 09:00, hora local de Galápagos, del miércoles 30 de julio de 2025.
Costa continental en observación
Para el litoral continental ecuatoriano, el estado de observación se mantiene, ya que el riesgo de afectación es considerado menor hasta el momento.
INOCAR informó que una vez que la onda de tsunami alcance Hawái (prevista para las 00:17 hora local), se analizarán sus efectos para actualizar los estados de advertencia y observación en Ecuador.
“Se recomienda estar atento a las publicaciones oficiales del INOCAR”, señala el boletín.
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Recomendaciones oficiales
Las autoridades recomiendan:
- Suspender actividades costeras y marítimas.
- Desalojar playas, muelles y zonas bajas.
- Seguir instrucciones de las autoridades nacionales y locales.
Comportamiento y posibles riesgos
El INOCAR recuerda que un tsunami está compuesto por una serie de ondas, con tiempos de separación entre 5 minutos y una hora.
- El peligro puede persistir por muchas horas después de la llegada de la primera onda.
- La primera ola no siempre es la más grande.
- Se estima una posible amplitud de entre 0.3 y 1 metro sobre el nivel de la marea en la costa continental, lo que puede provocar:
- Fuertes corrientes en puertos.
- Riesgos para bañistas y embarcaciones pequeñas.
- Inundaciones localizadas, según la batimetría y configuración costera.