Dominique Serrano, joven asambleísta de 19 años por Pichincha del movimiento ADN, vuelve a estar en el centro de la polémica tras revelarse una serie de vínculos familiares dentro de la Asamblea Nacional.
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El legislador ya había sido criticado días atrás por dibujar caricaturas durante una sesión de la Comisión de Transparencia y Control Social, acto que le valió una denuncia formal por parte de su compañera de bancada, Valentina Centeno.
Ahora, la atención se centra en su entorno familiar. Su hermano, Jeremy Omar Serrano Molina, ocupa un cargo en la Coordinación General Administrativa del Parlamento. Además, su madre, Paulina Lía Molina Coro, fue asesora del asambleísta oficialista Eckenner Recalde hasta mayo de este año. A esto se suma que su tía, María del Cisne Molina Coro, también es legisladora en funciones por el mismo movimiento, ADN.
La red se amplía con Nathaly Recalde, hija del asambleísta Eckenner Recalde, quien es la alterna de Dominique Serrano en el Parlamento.
Mientras tanto, el Consejo de Administración Legislativa (CAL) analiza la queja presentada por Centeno, quien calificó como “una falta de profesionalismo” la actitud del legislador al distraerse con dibujos en una sesión oficial. La denuncia ha sido aceptada a trámite y podría derivar en sanciones.
Este caso pone bajo la lupa temas sensibles como el nepotismo, la ética parlamentaria y la percepción ciudadana sobre el profesionalismo de los representantes electos.
En medio de un clima político tenso, la figura de Serrano se convierte en símbolo de una Asamblea que continúa generando dudas sobre su compromiso con la transparencia y la responsabilidad institucional.