Una ola de indignación ha estallado tras la difusión de videos filtrados desde el interior del nuevo centro de detención para migrantes, ‘Alligator Alcatraz’, ubicado en los pantanos de Florida. Las imágenes muestran jaulas metálicas con literas de acero, una delgada colchoneta y focos blancos encendidos todo el tiempo. No hay privacidad ni comodidad, solo rejas.
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El presidente Donald Trump, antes de su recorrido al centro manifestó: “Vamos a enseñarles cómo escapar de un caimán” para que sus posibilidades aumenten un “1%”.
Un proyecto acelerado y sin respeto ambiental
Construido en apenas ocho días sobre una pista de aeropuerto abandonada, el centro ha sido duramente criticado por activistas y ambientalistas.
Está rodeado de humedales, caimanes y pitones, a pocos kilómetros del Parque Nacional Everglades, un ecosistema protegido. Las autoridades han ignorado las leyes ambientales con tal de acelerar la infraestructura, lo que ha generado protestas por su ilegalidad y potencial daño ecológico.

El centro albergará hasta 5.000 migrantes, quienes serán procesados y deportados en solo uno o dos días, gracias a jueces migratorios que trabajarán dentro del recinto.
Protestas contra una prisión que recuerda a tiempos oscuros
Durante la visita de Trump este martes, cerca de cien personas protestaron contra la apertura de ‘Alligator Alcatraz’.

Entre los manifestantes había representantes de pueblos indígenas, ambientalistas y defensores de derechos humanos, que calificaron el lugar como “una cárcel inhumana disfrazada de política migratoria”.
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Además de este lugar de alta reclusión, las autoridades de Florida también construyen otro centro de detención para migrantes cerca de la ciudad de Jacksonville.