Lo que parecía una tranquila mañana en familia se convirtió en una tragedia en el Barrio Progreso de Guaymallén, Mendoza, Argentina. Dos hermanos, de 14 y 10 años, jugaban en el patio de su casa cuando una detonación alarmó a su madre. Al salir al patio, encontró al hijo mayor tirado en el suelo, herido de bala en el cuello.
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Según relató la madre a la Policía, el adolescente alcanzó a decirle que manipulaba un arma junto a su hermano menor, la cual supuestamente había sido entregada por un compañero de la escuela. En un descuido, el niño de 10 años habría accionado el arma, causando la herida.
Ambos menores fueron trasladados de urgencia al Hospital Pediátrico Humberto Notti. El adolescente ingresó en estado crítico, con graves lesiones en la tráquea y la columna vertebral. Fue sometido a una cirugía de emergencia y permanece internado con pronóstico reservado.
En tanto, su hermano menor fue evaluado médicamente y se encuentra fuera de peligro físico. Las autoridades acudieron al domicilio ubicado a más de seis kilómetros del centro de Guaymallén, pero en un primer momento no hallaron el arma implicada.
El giro en la investigación llegó horas más tarde, cuando la abuela de los menores, de 47 años, se presentó en el hospital portando una pistola calibre .22 sin municiones. Declaró que ese era el arma que los niños manipulaban, y que su nieto la había arrojado a un descampado cercano por miedo, tras el disparo.
La Oficina Fiscal N.º 1 de Guaymallén tomó el caso. Peritos confirmaron que el arma, una pistola marca Ataque calibre .22, no tenía registro legal ni antecedentes en los archivos oficiales, lo que ha generado consternación en la comunidad.
Este caso ha vuelto a encender las alertas sobre el acceso a armas de fuego por parte de menores de edad y la responsabilidad de los adultos sobre su resguardo. Las autoridades locales continúan con las investigaciones para determinar cómo llegó el arma a manos de los menores.
